Dikt Ahora que la lluvia
Ahora que la lluvia, sin prisa, rodea mi voz,
Vuelvo – repito la oscura oración – a vagar por el granito
Y a cobijarme bajo la sombra lúdica de la lámpara.
Frente al espejo, me digo: has ganado la ausencia,
Ella no está más pero ingrávida su presencia te espera,
Tenés que olvidar lo que más te ha tatuado, mantenete atento
Que en cualquier calle, a cualquier hora, la encontrarás
Y volverá la danza de los días a pastar eterna sobre mis cicatrices;
Volverán los días de otra danza, la danza de otros días volverá,
Y aún sin especiales pasos de folklore y sin modernas libertades
Ella vendrá para quitarme de la boca, imperante, el cigarro azul de la ausencia.
Pero aquí, ahora, estás vos. En mi cama, desnuda,
Con las piernas abiertas, el clítoris sediento
Y la sonrisa a flor de piel, estás esperándome.
Ya lo había dicho antes, cuando te olvidaba
Y de entre otras piernas nacía de nuevo, ya lo había dicho
Y lo digo ahora: hice el amor con mi esposa la soledad
Y nueve meses después nació la poesía.
Te conozco y no te conozco y sólo en vos me reconozco, celeste;
No sé tu nombre, porvenir, más allá de aquellos con que te nombro.
No sé quién sos y no me importa, pequeña;
Me basta tu esperanza para seguir respirando.
Yo te nombro June, Anaís, Otilia, Pamela, Lulú, compañera cósmica
Que estás y estamos perdidos en este universo
Y aún no pasás a mi lado y no chocás contra mi tierra,
contra mis huesos.