Dikt La mansedumbre de los locos
La noche con ojos paranoicos vigila la mansedumbre de los locos
sus astas donde flamean hígados
La risa trasegada de sus enterrados en la arena
sus trincheras de vidrio y todo el diccionario
De sus demonios que a dentelladas quieren salir de sus pechos
En sus venas
Con lentitud de años caminan a tropezones miles de polillas
y pirañas felices
Que marionetas de algún dios arrogante comen sus verdes hojas
Pero la vida
A la hora que el sol brota de las mesas repletas de mar
es un paraíso
Encontrado tras oscuros panes de invierno cuando la sed
Buscada vese interrumpida por las apologías del cáncer de la mierda
Y la noche
– que es la anfitriona de los hijos malcriados de la rebeldía –
fuma sus almas
Y las escupe al día para que en pena corran a sus oficinas y empresas
Las calles se llenan de animales espantapájaros y sombras
Que entre rancias paredes y quimeras inútiles
Encienden sus espigas sin marca escupen el tabaco que engaña al hambre
Y vomita sus jugos gástricos mientras la luz de la razón se ahoga en sus cerebros
La noche es una virgen que a diario es penetrada
por la sed lujuriosa de los desesperados
Que en su vientre luminoso eyaculan el negro vómito de sus gritos
cuando de sus pies nacen
El musgo y los hongos que venenosos crecen las bellas raíces de la locura
La noche
Con ojos de estrellas de dioses de vísceras podridas de cáncer de/mente
envuelto con su tibia sabana
La mansedumbre de los locos cuando desde sus trincheras de vidrio y humo
se defienden y disparan su risa
Contra la gran maquinaria de la soledad