Dikt Una piedra caliente
Una piedra caliente.
Un rostro encerrado en la oscuridad de los días.
Un vientre que el tiempo desdibuja y,
Entre un cigarro y el café, el tedio de mirar la vida
Cuando pasa frente a los escaparates del sueño.
Sólo una palabra y ya el viento
Se desliza en mis nervios que aguantaron
Los aceros de la muerte aleteante y el hedor del mal
Cuando era sembrado por pájaros y ángeles.
Imposible levantarse, salir de la cafetería
Y tomar el rumbo mecánico que te enseñaron a seguir;
Imposible, como el aire de las ciudades, ahorcar
Los fríos úteros de la no sangre, sonreír con desenfado
A los umbrales de los perfiles que nunca permitieron
La electricidad entre la humedad de los contrarios.
¡Cuánto tiempo tarda el tiempo!
¡Cuánto mal sabor en la calle siempre!
Unos labios que no hablan.
Un pantalón de licra negra.
Un temor escondido tras los ojos,
Tras el sueño que el tiempo desdibuja, mientras,
Como el cínico payaso que oculta su alma,
Hundo el dedo índice del posible camino
En la espesura de lo que pudo ser
En el lugar que ocupa la seguridad del silencio
y el olvido.