Poesía española

Poemas en español


Dikt Nocturno

Anoche un grillo se metió en mi cabeza y me trajeron a este hospital de Main street.
Necesito una lap, una lap para sacarme este ruido del seso.
Tengo vendada la cabeza, un pie torcido, un ojo que busca al otro ojo con obsesiva crueldad.
La enfermera me pega con sus duras tenazas en el rostro.
Necesito ocho manos para decirte todo esto. Este hospital es /un infierno y Naus /compañeros de Ulises,
atención pobres sirenas: traen de los mares lejanos la tristeza y /el Sida.
Estoy loco, con la cabeza rebanada. El trépano caló hondo en /busca de la piedra
o del grillo que allí encontró su fundamento, la base de /su dudosa, secreta identidad.
¿De dónde vienen esos gritos? ¿Ese rezo en la noche, /las lenguas y las llamas?
Víctima de la docta polilla te debates en las necias corrientes de un discurso que ya no encuentra curso entre las aguas.
Anda de caspa caída la razón, vuelta risa la ciencia espulga
/cada piojo.
Un ojo infinito te mira cuando absorto contemplas una
/hormiga y en ella al hormiguero.
Es el ojo el que duele al saber que toda la culpa se
origina en el pie.
Perdí primero mi sombra, el nombre después. He terminado en
/nada, silencio, vacío.
Sólo es real la neblina, la blanca cornea de la mirada esquiva.
Un alacrán vengativo es el mejor aliciente
/para ponerte de pie
y echarte andar sobre la nieve o el desierto y escribir con tus
huellas tu epitafio.
Gritas. En todas las celdas de este panal en llamas celebran tu
aullido,
la parábola ambigua de la eterna caída, propiciada por
/aquella noche de angustia religiosa.
Tres golpes sonaron en la puerta. Era Dios disfrazado
de celador de la luz.
Uno puede apagar la angustia metafísica ¿Pero cómo se apaga
/la otra? El caos, he visto el caos, nadie que no
haya visto una ciudad ardiendo,
puede imaginarse el caos. Lo que queda del caos en una mente enferma.
Anoche un grillo se metió en mi cabeza y me trajeron a este /hospital de Main street. Necesito una lap, una lap
para sacarme todo el ruido del seso.



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Dikt Nocturno - Alfonso Quijada Urías
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