El autor Angel González

Los poetas prudentes, como las vírgenes – cuando las había-, no deben separar los ojos del firmamento. ¡Oh tú, extranjero […]

Ese lugar que tienes, Cielito lindo, Entre las piernas, Ese lugar tan íntimo Y querido, Es un lugar común. Por […]

Esperanza, araña negra del atardecer. Te paras no lejos de mi cuerpo abandonado, andas en torno a mí, tejiendo, rápida, […]

Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo fue necesario un ancho espacio […]

Meriendo algunas tardes: no todas tienen pulpa comestible. Si estoy junto a la mar muerdo primero los acantilados, luego las […]

Cuando estoy en Madrid, las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches. La luz no las anima […]

Escribir un poema se parece a un orgasmo: mancha la tinta tanto como el semen, empreña también más en ocasiones. […]

Ya desde muy temprano, Ayer fue tarde. Amaneció el crepúsculo, y al alba El cielo derramó sobre la tierra Un […]

Una revolución. Luego una guerra. En aquellos dos años – que eran La quinta parte de toda mi vida-, Ya […]

Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas. Mar de invierno. El agua gris mancha de frío las rocas. Tus […]

Yo lo noto: cómo me voy volviendo menos cierto, confuso, disolviéndome en aire cotidiano, burdo jirón de mí, deshilachado y […]

Esto es un poema. Aquí está permitido fijar carteles, tirar escombros, hacer aguas y escribir frases como: Marica el que […]

A veces, mi egoísmo me llena de maldad, y te odio casi hasta hacerme daño a mí mismo: son los […]

Siempre, después de un viaje, una mirada terca se aferra a lo que busca, y es un hueco sombrío, una […]

Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, haría un ser exacto a ti; lo probaría (a la manera de […]

Cuando es invierno en el mar del Norte es verano en Valparaíso. Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar […]

Largo es el arte; la vida en cambio corta Como un cuchillo Pero nada ya ahora -ni siquiera la muerte, […]

A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores […]

Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón, si […]

Recuerdo bien a mi madre. Tenía miedo del viento, era pequeña de estatura, le asustaban los truenos, y las guerras […]