Dikt Los niños de mi barrio
Qué lástima me inspiran las pálidas caritas
De los niños que vagan sin un rumbo seguro
Por las calles del barrio donde se dan las citas
Los amantes furtivos y damas sin futuro.
En un vientre alquilado de una noche de vicio,
Inducen avatares de niños no deseados
Militares foráneos en descanso propicio
Para volver al frente con bríos renovados.
Otra vez se repite la funesta experiencia
Que la Segunda Guerra provocó en deshonor,
Soldados que están francos y actúan sin conciencia
Dejando hijos sin padre con frío desamor.
Es la guerra en Corea culpable de aventuras
Que en mi barrio suceden sin rubor y sin ley,
Y son los pobres niños los que con penas duras
Sobreviven sin padre que los guíe en la fe.
Mi barrio es un refugio de mujeres indinas
Ajenas a intenciones de formar un hogar,
Que descuidan sus hijos al frecuentar cantinas
Donde un futuro incierto se teje sin parar.
Igual el «Balalaika» que el «California» asilan
A damiselas bellas en noches de folclor,
Que durante el día duermen y sus hijos desfilan
Sin rumbo por la vida, sin familia ni amor….
MEMORIAS:
Invierno de 1952, un día domingo, nevado y colgando del techo las candelas. Iba con una ollita a comprar menudo con doña María en el Barrio Ferrocarril, al que visitaba con frecuencia y lo sentía mío por tener muchos amigos, algunos de ellos sin padre como yo. El entorno estaba lleno de tugurios.
Después de saborear la carne coloreada por las banderillas incrustadas en los toros de lidia de la plaza de don Pepe Sanz, cuyos cocineros de su restaurante El Taurino nos regalaban, íbamos por la noche Miguel, René, Juan, Victor, Armando y yo a husmear por las ventanas de los burdeles del barrio para ver soldados enamorando a mujeres de la noche en un ambiente bohemio y festivo.
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