Dikt El pacto al reencarnar
¿Hasta cuándo, Señor, será la espera?
Empiezan a inquietarme las tristezas
Que el corazón guardó como traviesas
De inocuas ámpulas, puyas de hechicera.
¿Acaso no cumplí con fe sincera
El pacto prenatal y mis promesas,
Soportando las pérfidas y aviesas
Burlas a mi honra de una arrabalera?
Si reencarnar bajo tu pacto santo
No incluye refugiarme con tu manto
Cuando me invaden negros pensamientos,
El pacto desconozco y mi quebranto
Lo acojo con los ánimos sedientos
De retornar planeando en otros vientos…
Vientos que me protejan de pesares
Con fuerte vendaval libre de penas,
Donde malas acciones se hagan buenas
Permutando en recónditos lugares.
Quiero ser redivivo entre manjares
Disfrutando el Humor de las verbenas,
Y romper para siempre estas cadenas
Que me atan con furor a oscuros lares.
Si no me lo he ganado en esta vida
A pesar de mis múltiples venturas,
Dame siquiera las albricias puras
De saber que muy pronto mi partida
La has proyectado a vida repetida,
Donde las penas sean menos duras…
Pido poco, Señor, y si a ti acudo
Es porque igual viviste con penurias
Y se ha rememorado por centurias
Que sufriste las penas siempre mudo.
Yo no tengo la fuerza ni el escudo
Para callar al recibir injurias,
De quienes me rodeaste con espurias
Muestras de amor dejándome desnudo,
Sin traje espiritual y sin repecho
Para reconquistar mi antigua fama,
Colgando debilmente de una rama
Que simula ser fuerte y que en su asecho
Amenaza sumirme en ígneo lecho,
Donde el castigo eterno me reclama…