Dikt El pueblo apson que se fue
A mi amigo Raúl E. Corral
Q. E. P. D.
Y los amigos de ayer
También se fueron rodando
Por el mundo, igual que aquellos
Que mi sangre secuestraron.
Del barrio tan familiar
Todo quedó despoblado,
Y mis fantasmas acuden
A mi mente reclamando
Que ya nada es parecido
A lo que ayer disfrutamos.
Hoy sólo encuentro recuerdos
En cada rincón de antaño,
Que me hablan de tiempos idos
Llenos de tristes encantos.
Por la calle de la plaza
Ya no están los viejos antros,
Como aquel Molino Rojo
Y la Atómica tocando
La música de radiola
Que cundía por todo el barrio.
Falta también de La Aurora
Su platillo sazonado,
El menudo tan sabroso
Que sirvió por muchos años.
En la esquina de mis sueños
Ya no está nuestro changarro
Fiando pan y comestibles,
A los precios más baratos…
Ya no recorre Cirilo
Al salir el sol temprano,
Con su fruta y su verdura
Y a voz potente gritando,
Quedó tan sólo el recuerdo:
Murió Cirilo agotado.
Muchos vecinos se fueron;
Aquellos que ayer poblaron
El vecindario querido,
El que hoy muere desolado.
Partieron muchos amigos
Que ayer sentí como hermanos:
Los Mendozas y los Leyvas,
Los López y los Durazos,
Los Sanz y los Iturraldes,
Los Torres y los Montaños,
Amigos que allá en la infancia
Muchas vivencias forjaron.
Todo acabó en el olvido
Y un adiós quedó en las calles,
De quienes pronto se vieron
Con TV´s y celulares,
Con cámaras de video,
Computadoras y escáners,
Los modernos videojuegos
Y telegramas con faxes;
Con calles pavimentadas
Y un sinfín de novedades.
Ya nadie voltea hacia atrás
Para recordar las tardes
De Cine Alhambra y esquite,
Para luego irse de baile
En aquel Copacabana,
De tardeada rimbombante,
Cortejando a las muchachas
Con rebuscados modales.
Éramos tan diferentes,
En un mundo tan aparte
Disfrutando alegremente
Sólo por gozar, y nadie
Ni en pensamiento anhelaba
Dejar aquel mundo estable.
Pero todo se esfumó
Llevándose en un instante
Nuestras vidas placenteras
Y nuestra paz admirable.
Hoy todo es esquizofrenia,
Envidias y falso alarde
De prepotencia y traiciones
Cada vez más agobiantes.
Pobres jóvenes de hoy
Con drogas y sexo infames
Que los atacan con furia
Sin tener a donde alzarse:
El cielo y Dios, salvavidas
De nosotros al alcance
Para librar mil batallas
Que nos parecían muy grandes,
Hoy a los nuevos muchachos
No les parecen bastante…