Dikt El trigo del labriego y la fe en él mismo
Qué tranquila es la tarde en el campo escogido
Respirando aires frescos que humectara la lluvia,
Al limpiar las espigas de vestidura rubia
Que cubriera la mies del trigal ya crecido.
Un cansado labriego con la hoz va trillando
Una a una las plantas de humilde sembradío,
Se emociona soñando las eras que el estío
Ha de ver sus orillas muy pronto desbordando.
De aquel grano sembrado la tierra ha dado el fruto,
A una potencia enorme lo ha multiplicado,
Compensando el trabajo que al surco cultivado
Le dio vida el labriego con su yunta y su bruto.
Pronto el pan en la mesa será rico alimento,
La tahona el jamelgo moverá y hecha masa
La refinada harina se ha de volver hogaza,
La fruta de horno ansiada cual sabroso sustento.
El hambre en franca huida se perderá en la nada;
La tierra habrá cumplido su misión que sin falta
Al labriego orgulloso, con su frente muy alta,
Le habrá inspirado en su alma la fe más respetada:
La creencia en él mismo y en su parcela amada…