Dikt La ventana
El aire es una hoja en el umbral de una casa.
Aquí, donde ahora estamos,
Un silencio se confunde con otro
Y una puerta con otra.
En medio de esta calle,
La luz de una ventana nos protege del miedo,
Pero no nos protege de la vida.
A lo lejos se oyen los vagidos
De todos los lugares que no son de este mundo,
El zureo de las aves encerradas
En el triángulo de Dios.
Detrás de la ventana,
Mientras recoge a solas los restos de la mesa,
Una mujer vigila en la penumbra el sueño de su hijo.
La mantienen despierta las palomas
Y el trabajo del cielo,
El crepitar de un fuego que aún es sólo ceniza.
A veces, cuando mira a la calle,
Una llama de aceite la dibuja
Con un cuenco en las manos,
Con la sombra en los labios de la plata
De una palabra antigua.
Su silencio es un rostro sobre un paño de lino.
Otro rostro que en mitad de la noche se atenúa,
Se vuelve imperceptible,
De la propia sustancia del aliento.
La oscuridad, me dices,
De la misma manera que la mano de una mujer hebrea,
Esconde casi siempre una hoja de olivo,
El anillo dorado de un bazar.
Los dos estamos lejos;
El frío, en la ciudad, hace precipitarse a las estrellas.