Dikt Paseo nocturno
Al final de la calle,
La última farola traza en medio de un círculo
Su representación de la piedad.
La noche, sin mirarnos,
Ha ido deshojando las ramas de los árboles,
Ha hecho caer las flores sobre un musgo invisible.
Más allá de los árboles, al fondo,
Toda la oscuridad es una puerta
Que se cierra hacia dentro, una verdad sin ruido.
En medio de la calle nos movemos
Al compás de las sombras.
Va quedando a lo lejos la ciudad, también sus luces,
Un paisaje cubierto de estrellas accesibles,
Un firmamento acaso a la medida del hombre.
Nos duele sólo aquello
Que dejamos atrás, toda la vida
Que ha seguido viviendo a espaldas nuestras.
Es un dolor tranquilo, nos decimos,
Una melancolía silenciosa,
Una de esas tristezas que se pueden llevar en una mano.
Y el corazón lo sabe: la tristeza
Pesa más que la muerte, no se oculta,
Forma parte del agua de los ojos,
Del agua de los labios,
De las mismas palabras, está en su lentitud, en este roce
Suave de la hierba con la última sílaba.
Hemos andado mucho,
Hemos ido pasando poco a poco por todas las edades
Y a oscuras casi siempre, con nuestra media luz.
Cuando amanezca, dentro de unas horas,
Sabremos si la vida decidió perdonarnos.