Dikt Cosa
¡Ay, terca niña!
Le dices que no al viento,
a la niebla y al agua:
rajas el viento,
partes la niebla,
hiendes el agua.
Te niegas a la luz profundamente:
la rechazas,
ya teñida de ti: verde, amarilla
-vencida ya-, gris, roja, plata.
Y celas de la noche,
la ardua
noche de horror de tus entrañas sordas.
Cuando la mano intenta poseerte,
siente la piel tus límites:
la muralla, la cava
de tu enemiga fe, siempre en alerta.
Nombre te puse, te marcó mi hierro:
"cáliz», "brida», "cenefa», "pluma»…
(Era tu sombra lo que aprisionaba.)
Al interior sentido
convoqué contra ti.
Y, oh burladora,
te deshiciste en forma y en color,
en peso o en fragancia.
¡Nunca tú: tú, caudal, tú, inaprensible!
¡Ay, niña terca,
ay, voluntad del ser, presencia hostil,
límite frío a nuestro amor!
¡Ay, turbia
bestezuela de sombra,
que palpitas ahora entre mis dedos,
que repites ahora entre mis dedos
tu dura negativa de alimaña!