Dikt Mil
Se llega a mil, señora, con la verja
Que cerca a su jardín, de doce metros.
Las estrellas que el ojo no ha contado
Nada quitan ni añaden a estos versos.
Porque casada cambia de maridos:
Un Dios te salve y nueve Padrenuestros.
A tanta cifra agrego aquí los guiños
Romances, citas, y piropos cientos.
Es siempre doce el número mejor.
Morenas doce rosas, por ejemplo.
Un paraguas abierto y una lluvia
No dejan ver a una mujer de duelo.
El resto es saldo de ochocientos perlas,
Así como cincuenta y dos dineros,
Pañuelo con que abulto mi corpiño.
A mil llegué señora y firmo el verso.
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