El autor Eliseo Diego

Esta mujer que reclinada junto a la borda inmóvil de su casa soporta con las manos arrugadas el peso dócil […]

Un patio de la Víbora donde la sombra crece hasta el silencio en árboles y hierbas y amarguras y llagas […]

A Bella El que tenía costumbre de poner las manos sobre la mesa blanca junto al pan y el agua, […]

La muerte es esa pequeña jarra, con flores pintadas a mano, que hay en todas las casas y que uno […]

Hiere el perfil de la Madona su delicada perfección lastima los ojos insaciables; ella no tiene culpa: es ella, la […]

Hacia el final de la escalera te has dado vuelta: en el vacío de abajo el viento solitario hace las […]

Como quien toca con un dedo la punta fría del agua, mareándose de sólo su transparencia demasiada, me he puesto […]

Enrosca el gato su delicia de sí sobre sí mismo, duerme de su principio a fin, secreto. En tanto esboza […]

El piano al mediodía, solo, de álamo en álamo la música, de resol en penumbra, no se levanta, no remonta, […]

Dirán entonces: aquí estuvo la sala, y más allá, donde encontramos los fragmentos de levísimo barro, el sitio del calor […]

Juega el niño con unas pocas piedras inocentes en el cantero gastado y roto como paño de vieja. Yo pregunto: […]

El general a veces nos decía extendiendo sus manos transparentes: «así fue que lo vimo aquel día en la tranqula […]

Entonces ya es seguro que estás muerto No volveremos otra vez a verte Jugar con el aliento de los hartos […]

Afuera está el escándalo del sol, y la garganta de la cal desollada que responde bramando de terror: la zarabanda […]

Pules y pules, ves, el duro verde hasta que al fin brota. Le has querido forma de pétalo. (Más tarde […]

1 EL sitio donde gustamos las costumbres, las distracciones y demoras de la suerte, y el sabor breve por más […]

Pero mañana, cuando las viejas barran a conciencia el poco de hoy que queda en las colillas por todo el […]

Ésta es otra elegía, pero dedicada a un hombre desagradable, vecino mío, que nunca quiso saludarme. No sé, por tanto, […]