Dikt De lo lejano
Ciudad lejana ésta incalculable
la risa de la nieve colindando viviendas
y verdes montañas del amanecer mondadas
tañen campanas horarias perforando el entorno
de un bancoinvierno en el que tirito levemente a
la espera de trenliteralargorrecorrido
mientras los viajeros entreveran sus nervios en
peripecias de maletas yo pienso en la lejana
ciudad que otrora me dio vida y cimiento siento aún
dieciochodejuliobeliscoburguesipropios involucrándose
con la neblina tenue de una mañana gallega y
evocadora sin quererlo
nada más diverso que este paisaje pero
algo flota montevideándolo desde la gris dolencia
de los andenes hasta el conflicto de la palomacribillada
extendida en los húmedos adoquines como un suspiro
blanco brutalmente postergado de altitudes
nubesestacas de plomiza propensión apretaron
esas plumas humildes hasta las losas más ajenas a
la temperatura del ánimo integridad
ensombrecidahí con idéntico tono a la risa
que me hiela mediodía mediavida
sujetando de mis antepasados los discos adyacentes
al lugar un germen recíproco aparecía – el error
consagrándose a endémicos peldaños – convirtiendo
en pilares de arenangustia los planes de estos
viajeros desvanecidos en las pistas
cómo se taparon de púas los nidos
que vigilaban la paz en la cual éramos
cómo se aglutinan las campanas otra y otra vez a
los montes(h)ervidores que las repicarán en lejanas
heridas ciudades columpiadas por reacciones migratorias
el tren llegará verdeviviendarrogante
proveniente del amanecer uno de sus alaridos
a la neblina violará entre los segmentos del sur
y los bolsos preguntas y rumbos quedarán
envasados cuando las estatuas se lleven
el corazón de las ciudades y el misterio
que ese reloj empedrado
habrá sabido todo el tiempo