Dikt A un salto por donde se despeña el arroyo de chillo
Corre arrogante un arroyo 
 por entre peñas y riscos, 
 que, enjaezado de perlas, 
 es un potro cristalino. 
 Es el pelo de su cuerpo 
 de aljófar, tan claro y limpio, 
 que por cogerle los pelos, 
 le almohazan verdes mirtos. 
 Cíñele el pecho un pretal 
 de cascabeles tan ricos, 
 que si no son cisnes de oro, 
 son ruiseñores de vidrio. 
 Bátenle el ijar sudante 
 los acicates de espinos, 
 y es él tan arrebatado, 
 que da a cada paso brincos. 
 Dalen sofrenadas peñas 
 para mitigar sus bríos, 
 y es hacer que labre espumas 
 de mil esponjosos grifos. 
 Estrellas suda de aljófar 
 en que se suda a sí mismo, 
 y atropellando sus olas, 
 da cristalinos relinchos. 
 Bufando cogollos de agua, 
 desbocado corre el río, 
 tan colérico, que arroja 
 a los jinetes alisos. 
 Hace calle entre el espeso 
 vulgo de árboles vecino, 
 que irritan más con sus varas 
 al caballo a precipicio. 
 Un corcovo dio soberbio, 
 y a estrellarse ciego vino 
 en las crestas de un escollo, 
 gallo de montes altivo. 
 Dio con la frente en sus puntas, 
 y de ancas en un abismo, 
 vertiendo sesos de perlas 
 por entre adelfas y pinos. 
 Escarmiento es de arroyuelos, 
 que se alteran fugitivos, 
 porque así amansan las peñas 
 a los potros cristalinos.

