Dikt En la escalinata
Las doce gradas de la escalinata
Inundadas de sol a media siesta.
Tres niñas – dos hermanas y una prima
Muy pequeña – sentadas, sonriendo.
En la segunda grada reluciente.
Las tres están descalzas. Una de ellas
-la mayorcita – empuña una sombrilla
Que, abierta y encendida en luz muy nítida,
Sin darle sombra ni ocultarle el rostro,
Es como una aureola a sus espaldas.
Su cabello abundante resplandece.
La otra niña, mostrando ambas rodillas,
Muy quemada del sol de aquel verano,
Sabe que ya la máquina funciona,
Que en este instante la fotografían,
Y está como azorada y expectante.
Centro del grupo, el mimo, las caricias,
La pequeñita esquiva la mirada,
En las barandas las enredaderas
Con manojos de flores que echan lumbre,
Están perpetuamente embelleciendo
El instante estival eternizado.
¡Ah, la figura más feliz del grupo
La niña cuya fúlgida sombrilla
Dibuja una aureola a sus espaldas,
Quedó sonriendo, niña para siempre,
Candor en que se suma la delicia
De un verano florido y melodioso!
Pero ella es hoy, en un lugar oscuro,
Breve esqueleto que tendrá, aún intactos,
Sus cabellos sedosos, sus cabellos
Que ya no crecen más ni al sol relumbran.