Dikt Entre la espuma, sal en mi lengua, gota en mi cuello (ii)
De entonces te conozco, raís del insomnio, agua detenida:
de entonces es que sé lo que me dejaste y ya no ignoro lo que fui.
Porque amo en ti lo que tienes de mí y de ti y de los demás
y esto no lo guardas ni lo tiras.
Ahora puedes decirtme cuándo callar, cuándo taparme los ojos y no dormir,
ignorar todo, pero a través de tus ojos he de ver y en ellos tendré que
refugiarme.
Ahora puedes reventarme, soy la válvula que desgastas, la mujer que desprecias,
pero tu cuerpo y mi cuerpo están diciendo el amor que ocupan,
que nos restituye y nos devuelve íntegros a los que somos.
Y así hemos de ir, iremos, con la piel abierta, sin calma,
siendo cada día más nuestra la angustia.
Así hemos de ir, con un rencor y otro rencor sin salida,
con un amor y otro amor que tal vez olvides, pero que no podrás eliminar,
señalando a ciegas el camino a los podridos, a los ulcerados,
a los que todavía tienen ganas de vivir
y a los que han de matar para quedarse en paz.
Voy a desenterrarte siempre, hueso mío, fantasma en mi almohada.
Siendo la aguja de carne viva invadiendo la piedra que eres,
siendo la oscura boca que iluminas de amargura,
y mutilado y sordo y quedándome sin voz,
no van a dejarme que te siembre y te riegue y en esto me extenúe.
Entre hombres que se besan junto a los árboles, a la sombra,
y mujeres que inútilmente querrán penetrarse, sentirse felices, rezumar veneno,
ahí seguiré.
Perseguido aleteando un murciélago en cada una de mis muñecas, ahí estaré.
Entonces sabrás que nunca estaremos tan ocultos que podamos olvidarnos.