Dikt Fatiga de los jardines
Sobre la piel desnuda de la tarde
Se estremece la presencia de los pájaros
Picoteando las hojas muertas
Y las orugas deslizándose a lo alto
De los troncos
Pero, el confuso encanto de las rosas,
Abocabas a morir en su fragancia,
Pone un tinte de razón en las palabras
Con las que los hombres convocamos
La belleza de un instante, prematura
Es una razón de peso que se engarza
En la cerrazón de los sentidos
Como una gema diminuta
En la diadema que corona a una muchacha
Cuyos cabellos licua el sol
En el crisol de aquellas manos enguantadas
De la aurora
Sobre la piel que cubre la mirada
Del viajero solitario
Se arruga el atardecer que ya no espera
Otra ocasión para ser gloria,
Ni otra resurrección que la que viven las palomas
Es un jardín, no hay duda,
En medio de un luciente paraíso;
Pero nadie lo visita
Tan solo el rastro
En la vereda que la luz alfombra
Del anciano jardinero
Inmerso en las profundidades de la vida
Que ahora baila en la penumbra
Sobre la piel desnuda del cansancio
Se estremece la mirada de la tarde
¿Por qué huir de los jardines?