El autor José Lezama Lima

El toro de Guisando no pregunta cómo ni cuándo, va creciendo y temblando. ¿Cómo? Acariciando el lomo del escarabajo de […]

Mi mano de mármol gris mis olvidos o mi sola alma la navegación a medianoche hasta abrirse las tijeras y […]

Porque habito un susurro como un velamen, una tierra donde el hielo es una reminiscencia, el fuego no puede izar […]

Hervías la leche y seguías las aromosas costumbres del café. Recorrías la casa con una medida sin desperdicios. Cada minucia […]

Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo, envolviendo los labios que pasaban entre labios y vuelos desligados. La mano […]

Rodaba ya el primer cuadrante de la medianoche y José Cerní tarareaba y quería pasar más dentro del silencio. La […]

Una oscura pradera me convida, sus manteles estables y ceñidos, giran en mí, en mi balcón se aduermen. Dominan su […]

A que tú escapes en el instante en el que ya habías alcanzado tu definición mejor. Ah, mi amiga, que […]

I Deípara, paridora de Dios. Suave la giba del engañado para ser tuvo que aislar el trigo del ave, el […]

En la azotea conversable, con riesgo de tu vida, lees la Biblia. Era toda su casa que ahora tropieza con […]

Buscando la increada forma del logos de la imaginación, las serenas provocaciones del pájaro cuando se detiene y queda suspendido […]

¿Las puertas? Las barbas de un rey gótico que preside la caída de una piedra. Atravies la puerta, la nieve […]

Vi de nuevo el rostro de mi madre. Era una noche que parecía haber escindido la noche del sueño. La […]

Se nos fue la vida hipostasiando, haciendo con los dioses un verano. Viene el IctusA la choza cantando el efímero […]

La noche no logra terminar, mal HumorAda permanece, adormeciendo a los gatos y a las hojas. Estar aprisionada entre dos […]

Entré en el cuarto, no me decidí a encender la luz. Estaba un hombre sentado en un taburete, su espalda […]

Déjenlo, verdeante, que se vuelva; permitidle que salga de la fiesta a la terraza donde están dormidos. A los dormidos […]

La caída del árbol le distingue. Lento, si asciende, su atracción no crece. Sólo el árbol, quedando empieza a destruir […]

No hay que pasar puentes de conchas de desprecios de recomenzar la búsqueda de las vihuelas crecidas o por más […]

Cuando el negro come melocotón tiene los ojos azules. ¿En dónde encontrar sentido? El ciclón es un ojo con alas. […]