Dikt BucÓlica
He comenzado el día echándome al campo
Y me muerde la resaca el yogur del cerebro.
Mojados están aún los acebuches
Y amarillean las veredas de jaramagos y oxalis.
Soy minúsculo y feliz, aunque me pesa el cuerpo;
La faz colateral de la existencia.
Otros seguirán soñando esta mañana blanca
Y se habrán dormido con las últimas pavesas
De la luna de enero.
¿Quiénes otros estarán
En su alcoba, derrotados y ácidos,
Expirando el insomnio?
Me siento un despreciable burgués afortunado
Que pasea por el campo
Pisando solitario el rocío.
Y los perros me ladran, y cantan los pájaros voraces.
Hay un sol en el cielo impropio de estas fechas.
No quiero vivir con tristeza el placer de este instante,
Por eso he de olvidar, como otras tantas veces,
Que un tiempo ha de llegar en el que añore este día,
Esta extraña mañana soleada de invierno
Que me trae recuerdos de antiguas primaveras,
Y de nuevo me enseña
Que no es más la soledad
Que la hermana bastarda de la nostalgia.