Dikt Silva v
¡Ah Clori! se anublaron
Los días del placer: nuestra ventura
Pasó, pasó dexando en la memoria
Recuerdos y amargura.
Sombra fugaz volaron
Las horas fugitivas de mi gloria,
Muy mas que el ave que ni rastro dexa
Quando hasta el cielo rápida se aleja.
Vuelvo atrás, y el deseo
Engañador te finge qual un día
Nos viera Amor, de sus ardientes flechas
Nuestras dos almas para en uno hechas
Gozándose llagadas, retirados
Del comercio importuno,
Y a su imperio feliz abandonados;
Ya en la alameda hojosa en el recreo
De un paseo inocente,
Ya en tu albergue glorioso, do ninguno,
Triste censor de nuestras ansias puras,
Ni tus palabras mágicas oía,
Ni de mi loca lengua las ternuras,
Ni los suspiros de mi amor ferviente,
Sólo el cielo nos viera
Y sus puras antorchas rutilantes,
Y al cielo enagenado yo pedía,
Que en sus claras mansiones
Mis votos y tus votos recibiera;
Y en mis brazos amantes
Mas fino te estrechaba,
Y así testigos mi delirio hacia
De mi inmensa ventura,
Ya la lumbre de amor, ya los triones,
Mientras ardía y gozaba,
Y tornaba a gozar y más ardía.
¿Te acuerdas, adorada, la ternura
Con que anublando ya la imagen triste
De mi ausencia el placer, tú me dixiste:
¡O importuno! olvidemos
Momento tan fatal: hora gozemos,
¿Gozemos otra vez? ¡Ah! ¿qué se hiciera
De aquella noche, en que el desdén rendido
Prorrumpiste llorando: eres querido;
Tuya soy, ¿tuya?, ¡O noche! si olvidarme
De ti puedo, mi pecho al gozo muera;
Clori dexe de amarme.
Divididos apenas
Del blondo estío en los ardientes días,
Si el trance se llegaba
De alejarme de ti,
¡Qual te afligías!
¡Como yo me apartaba! ¡ay horas, llenas,
Horas, llenas de gloria y de ventura!
¡Horas, que en vano detener procura
Mi insano amor! ¿do estáis? ¿o que se ha hecho
De aquel hallarme a su adorable lado
Y a sus plantas postrado,
En ansias mil deshecho?
Ya embriagado el oído.
En su voz celestial que el alma eleva
Y do le agrada extática la lleva;
Ya ciego, sin sentido
A los rayos lumbrosos
De sus ojuelos vivos, cariñosos;
Ya plácido gozando la alegría
De su amable semblante,
Do reynan sencillez y cortesía
Y angélica inocencia; el albo seno
De honestidad y de ternura lleno
Baxo la sutil gasa palpitante,
Mientras furtivo mi mirar seguía
Su movimiento blando,
Mi fiel imagen dentro contemplando.
Clori, esta imagen indeleble sea,
A pesar de la suerte
Que agostará nuestro florido suelo.
Idolatra en tu fe, constante vea
Arder hasta la muerte
La fiel llama que en ti me envidia el cielo.
O si débil acaso… Clori mía,
Sin que dexes de amarme,
En las brazos iluso en mi alegría
Hoy acabe, si un día has de olvidarme.