Dikt La caída del vicioso pastor
Había entonces un viejo pastor
Cuya vida, llena de falta y rigor,
Lo había llevado a un pobre galpón
Deslucido por bichos y feo olor
Como la raíz de un seco arbusto
No se pudo de ahí alejar
«Aquí en absoluto no me hallo a gusto»,
Pues solía suspirar
Cierto día el pastor modorro
Quiso aliviar su trabajo
Y de los bosques oscuros se trajo
Un amedrentando zorro
Hacia la granja ovejera
Corrió entonces el animal
Imaginando en su alma carnicera
Las ovejas asadas con aceite y sal!
Gritaron las pobres temerosas
Hacia su ovejero infiel
«No nos dejes al antojo cruel
De la bestia surgida de las fosas!»
Pero luego dejaron de pedir al pastor
Que expulsara al peludo malhechor
Una sola oveja de la comunidad
De repente empezó a hablar
Asombrado por aquella temeridad
El zorro se puso a escuchar
«Estamos en una pobre situación
Te imploro contemplar nuestra proposición!
De las selvas sombrosas has venido acá
Y el frío invernal ya te congelará
En esta tierra sin robles, sin pinos
De hambrientes campesinos.
Pues nuestra lana nos ha abrigado
En cada invierno bien nevado
Y si nos vas a apresar
Dejando la lana a podrir
Tu cuerpo se pone a helar
Y tu corazón a morir
Saca mi ropa y abrígate bien
Y sacia tu panza con el viejo pastor
Que ahoga sus penas en vino y sudor
Que nunca nos ha esquilado
Y vive su vida emborrachado!»
Al averiguar este pensamiento
Acarició al zorro el fresco viento
Y se puso a correr hacia el pobre galpón
Cuando salío el pastor con su viejo bastón
Y las ovejas, cuando mordió su pecho,
Gritaron juntas «Buen provecho!»
Luego la lana de las despeludas
Dejaba al zorro sin dudas
Se puso a pastar con sus nuevos amigos
Vistiendo su cuerpo de sus densos abrigos