Poesía española

Poemas en español


Dikt Segunda carta a fabian

Te escribo Fabián nuevamente

Sorprendido

Por tu ultima carta.

En ella me preguntas,

-ya sé que molesto – ,

Por Aurora,

La abogada.

Y no sé que decirte,

Viejo amigo.

No sé si Aurora se ha muerto.

Lo cierto es que está perdida,

Desaparecida de mi vida por completo.

Ya sabes, Fabián, que nunca la he echado de menos.

Es más, te digo, que casi la desprecio.

No soportaba más sus guisos, su potajes, sus anhelos.

La última vez que cenamos

Casi me indigesto con sus besos,

-ya ni te cuento

El mal sabor de boca que me dejaron sus versos-.

Sé que tú la quieres.

Sabes que yo la temo.

Me alegro,

Por tanto,

De verla pocas veces,

-las menos que puedo, lo confieso-.

Aun así te digo

Que, de vez en cuando, aún me acuerdo

De su cara,

De sus pechos,

De sus pubis pelado como un huevo.

Y te aseguro, viejo amigo, que tengo arcadas

Cada vez que lo pienso.

Creo que exageras cuando dices

Que Aurora era una ninfa, una diosa, una delicia.

El tiempo

-tan tenaz –

Pone las cosas en su sitio

Y no encuentro razones suficientes

Que me hagan pensar que me equivoco

Cuando invoco

Su desidia,

Su risa petulante,

Su mal carácter,

Su perfil desnudo,

Indefinido.

Al hilo de estas cosas

Se me ocurre que deberías buscarla

Si es que tanto te enamora.

Nunca es tarde,

Amigo Fabián.

Tú verás lo que haces.

Yo te advierto,

Amigo mío,

Que es mejor el onanismo a cualquier hora

Que una tarde de domingo con Aurora.

De todos modos ya sabes que yo tolero

Poco las mentiras, los engaños

Y ya no soportaba por más tiempo

Tanta estridencia nutritiva,

Tantos apaños que ella hacía por parecerse a Marilín,

La peluquera.

No aguantaba ni un minuto

Sus eructos,

Su desgana,

Su compostura inútil.

Su cara de aceituna y su arrogancia.

Esperaba verla muerta cualquier día

Y ganar así la recompensa

De su pésima filosofía.

No fue posible.

No sabes cuánto lo lamento



1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (2 votos, promedio: 4,50 de 5)

Dikt Segunda carta a fabian - Justo Braga