Dikt Xii. del arbol
Hay en la casa un Arbol
Que no planto la madre ni riegan los abuelos:
Solo es visible al nino, al poeta y al perro.
Su primavera no es la que fundan las rosas:
No es la vaca encendida ni el huevo de paloma.
Su otono no es el tiempo que trae desde el mar
Caballos irascibles, por tierras de azafran.
Al Arbol suben otras primaveras e inviernos:
El enigma es del nino, del poeta y del perro.
Cuando la primavera sube al Arbol-sin-nombre,
Vestidos de cordura florecen los varones;
Y Amor, en pie de guerra, se desliza
De pronto a la sabrosa soledad de las hijas.
Entonces el sabor de algun cielo perdido
Desciende con el llanto de los recien nacidos.
Pero cuando el invierno lo desnuda y oprime,
Sobre los techos llueven sus hojas invisibles,
Y, horizontal, cruza las altas puertas
Alguien que por el cielo desaprendio la tierra.
Hay en la casa un Arbol que los grandes no vieron:
El enigma es del nino, del poeta y del perro.