Dikt La viuda
Camina despacio,
La gente murmura.
Parece una sombra,
Destila amargura.
El féretro luce
Barniz muy brillante
Y va hasta adelante
De la procesión.
Parece que fuera
La fiesta del pueblo
Si no se supiera
Que fue defunción.
Las viejas se acercan,
Se hablan al oído
Pero, no al descuido,
Dejan escuchar
El veneno ardiente
Del chisme insolente
Que dejan pasar:
«ya la ves?, llorona,
Parece sufriera.
Si no conociera
Su vida quizá…
También la creyera.
Pero quien la ve…
Pero no le creo…
Apenas antier
Estuvo el fuereño
Silbándole al paso.
Y como si acaso,
Frunciéndole el ceño,
Moviéndolo todo,
Cerca le pasó.
Cualquiera diría
Que no le hizo caso.
Cualquiera diría
Que hasta se enojó,
Pero, yo sabía
Que dentro del pecho
Algo le pasó.
Fue como un sofoco
Sus ojos brillaron
Sus manos temblaron…
Pero fue muy poco…
Se que le gustó.»
Callaron las viejas,
Se abrió el cementerio,
Llegaron al sitio
Donde se enterró.
La viuda lloraba,
Se hallaba perdida.
Su vida acababa
Y estaba dolida.
Su niño, asustado,
La veste le asía
Y aunque no sabía
Lo que sucedió
¡Mamita! Decía
Papá ¿a dónde va?
Y ella sollozaba
Buscaba y veía
Que el niño,
Al fuereño…
Se le parecía.
Marco Quiñónez
Octubre 30- 2012