Dikt Memoria de mi madre
Fuiste quedando quieta
Como una nube
sin el soplín del aire.
Te fuiste suavemente,
Igual que habías vivido
Sin la letanía de quejas o lamentos.
Pasaste a ser
un rostro imaginado
Envuelto en el rompecabezas de los sueños,
Al contraluz que se aleja de la noche.
Te quedaste
Clavada en el corazón
deslizándote suave, sin sonido
Igual que la arena de un reloj
Que jamás se detiene.
Y pensé para mí, qué raro era
Que la alborada corriera como siempre
Extendiéndose en los prados
Entre los setos,
Oír gritar a las madres tras los niños,
A la mujer que vende las sardinas,
Al run-run de la vida cotidiana.
Nada más la calle de los huertos
notó la ausencia
entristeció la tierra
quedó muda la fuente
Ahogada de zarzas y de ortigas
Resurgió lo salvaje, donde antes
creciera la rosa
Y se llenó de musgo la azada
y el tiempo de povisa.
Nadie te echó de menos,
Ya lo ves,
Nada más lo que naciera
A la sombra amante de tu cuerpo.