Dikt Secuela con prismáticos desde un octavo piso
un viejo
un viejo borracho arranca su camisa frente al parque central
después de un ritual incomprensible
amenaza con deshacerse del sucio pantalón
repentinamente sube a una banca y lanza un grito inaudible
/imposible saber que ha proclamado el viejo desde aquí/
luego desenvaina un peine y corretea a los cipotes que lo asedian
es difícil seguir su paso endeble y errabundo
de pronto
corre a refugiarse detrás de un obelisco
no lo veo mas
parece que ha desaparecido
una mano entra y esparce algunos granos
una horda de palomas se desploma sobre el atrio
picoteando voraces entre las baldosas
el viejo regresa
espanta algunas aves y lame unas cuantas semillas
luego da un salto y se lanza a la fuente
decenas de transeúntes se apiñan para admirar
el nado inexplicable del atleta
un manto plomizo abraza el horizonte
el cielo cómplice se desborda
los curiosos
/cobardes como de costumbre/
corren a refugiarse del sagrado diluvio
el viejo queda solo
/nadando inmutable bajo la lluvia/
escampa
la palomas regresan y lo observan
yo también
por un momento parece que me ha descubierto
el sol ha regresado jubiloso
el viejo solloza
yo también