Dikt Xviii (.i)
Los tejo desde mi niñez
Sobre las hojas de los parques que brillan en la memoria de la noche
Mirando la doble ventana de dios
En ritmo abierto alabando péndulo
Con los ojos del búho
-toda niña tiene un dios y saber miarle los ojosse
Mira el café en la taza no hay presagio al final
Sintiendo llanto que innova la montaña puntual
Danza entre manos y vira el tejido de regreso
Palpita lo nuevo en la aguja y la hebra
Junto al ceniza abismo que vuela con el árbol en silencio
-Di, el poema que ahora aún no he pronunciado como si esta iniciación
No fuese suficientenunca
Fue suficiente mecerme en brazos de sus ramas
Nunca fue inmenso lo alto saberlo cerca
Nunca algo abona el reflejo de sus ojos largo sobre mi siempre
Nunca es completo el tapiz que le subo a través del aire
Nunca hay un apruebo de fe cierto por anclo vientre de sol
-cierto es, pero no se dobla el árbol, sólo en su caídamar
Luce su mirar
Descanso, sobre tu luz atravieso hasta su horizonte
Siendo tu palabra de lluvia puedo
Puedo
Por alma de espacio – perdone que no obedezcahay
Un canso que pulsa
Decir
Decir
Todo se da con aire fresco con luna de ajeno olfato
Cuando froto amatista que beber ya ruego
Silencio