Dikt La violación del propósito
En vano, en vano rabioso,
las duras cadenas muerdo
que amor, déspota inhumano,
ató a mi rebelde cuello.
¿Qué vale que, por romperlas,
sude en afanoso esfuerzo,
si a cada triste conato
un eslabón las aumento?
¿Do estás, propósito mío?
¿Do estás adiós postrimero
que ayer al amor y a Laura
dije con brioso aliento?
¿Así la voz imperiosa
de mis vengativos celos
enmudeció y, sólo ahora
habla el amor en mi pecho?
¡Ay, que jamás tan tirano
me subyugó! Todo entero,
con toda su ardiente llama,
va por mis venas corriendo.
Palpito, tiemblo, mis ojos
lágrimas brotan de fuego,
y mil fugitivos ayes
abrasan mis labios secos.
Yo me ardo, yo me ardo Laura,
Laura, aquí estás, yo te veo;
eres tú misma; a tus plantas
imploro tu amor de nuevo.
ídolo mío, perdona
si pude, en injustos celos,
dejarte; ya arrepentido,
a ser tu esclavo me vuelvo.
Ni jamás, aunque quisiera,
podría dejar de serlo.
¿Qué fuera de mí sin Laura,
si sólo por ella aliento?
Mi vida, mi ser, mi todo,
¡oh Laura!… mi entendimiento,
mi corazón, mis sentidos,
todo en ti sola lo veo.
¡Adiós, pasiones, que un día
fuisteis mi dulce embeleso!
Sed de saber, Musas, gloria,
ya para mí todo es muerto.
Laura no más, Laura, Laura
es mi pasión, mi universo.
¡Oh, viva con ella siempre,
y muera con ella a un tiempo!