Dikt Delicia
Como surge del mar, entre las olas,
una que se sostiene,
estatua repentina,
sobre las verdes, líquidas espaldas
de las otras, las sobrepasa,
vértigo solitario, y a sí misma,
a su caída y a su espuma,
se sobrevive, esbelta,
y hace quietud su movimiento,
reposo su oleaje,
tú, delicia, imprevista criatura,
brotas entre los ávidos minutos,
alta quietud erguida, suspensa eternidad.
Entre conversaciones o silencios,
lenguas de trapo y de ceniza,
entre las reverencias, dilaciones,
las infinitas jerarquías,
los escaños del tedio, los bancos del tormento,
naces, poesía, delicia,
y danzas, invisible, frente al hombre.
El presidio del tiempo se deshace.
¿Cómo tocarte, impalpable escultura?
¿Cómo, si sólo movimiento,
quedas así, tensa y estable, inmóvil?
Si música, no suenas; si tiempo, no transcurres:
¿qué te sostiene, líquida?,
¿de qué sima brotaste, venganza del hastío,
flor del horror, del tedio, de la nada?
Por ti, delicia, poesía,
breve como el relámpago,
el mundo sale de sí mismo
y se contempla, puro, desasido del tiempo.
Pueblas la soledad del solitario
y en el arrobo aíslas al hombre encadenado.
Y los sentidos palpan