Dikt Como sí nos hubiésemos conocido en otra vida
La encontré una tarde paseando por los astilleros de Hondarribia
-una mujer como ella podría romper el horizonte –
Tan sólo con detenerse en un espejo.
La soledad corre por un río paralelo que ha perdido
El deseo de conciliar el sueño.
Una sonrisa escapa inadvertida de sus labios,
Titubea como la lluvia antes de humedecer el aire,
Rompe el silencio que había puesto en su boca
Y apacienta la incertidumbre de las palabras inmortales.
La invito a compartir un café en la Galería del Jardín
Y me instalo cómodamente en su vida,
Reeplanteándome mi olvidado oficio de poeta.
Sin nada que ofrecerle, salvo este casual encuentro
Hemos hablado como si fuéramos viejos amigos
Como si nos hubiésemos conocido en otras latitudes.
Nos enamoramos aspirando el perfume de una flor
Y recojo en ese encuentro una historia diferente
Que podría ser perfectamente nuestra.
-El azar que todo lo une también desune –
Suponiendo que estaremos a la misma distancia
En la profundidad oceánica del Pacífico o el Mediterráneo,
Siempre próximos a un corazón con setenta y siete latidos.
El aire construye su propio camino entre las estrellas
El vino transporta en cada copa el rumor de la existencia.
Quizás en este verano aprendamos que la vida es breve,
Como las flores que se abandonan cada primero de noviembre.