Poesía española

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Dikt Si yo hubiera sido odiseo

HE cerrado la casa del verano
Con un portazo largo y melancólico.
Dentro de la vivienda, someramente amueblada,
Se han ido quedando
En un montón informe,
Las horas del azul más puro,
La sombra de proyectos que aún respiran
Y los muñones del fracaso.

Esta mañana aún me he sumergido,
Con la felicidad ingrávida de algún ángel
O la voracidad veloz de una gaviota
No nacida todavía, cuyo único alimento
Fuera la hermosura,
En mi Mediterráneo de sonoridad apacible.
Unas veces de espalda, otras de vientre y labios,
Moliendo la armonía con las manos y piernas,
Resbalaba sobre la ondulación versátil
De unas tetas de espuma
O me hundía en el cuerpo fragante de una mujer inmensa
Que replegaba voluntariamente su extensión
Para ser poseída
y poseerme.

Esta tarde, al hacer girar la llave en la cerradura
He entregado al dominio del polvo y del olvido
La vida secreta e ignorada de las cosas.

Se dormirá el espejo de hace un siglo,
Sobresaltado algún momento
Con pesadillas de carcoma.
Las palomas italianas de cerámica
Picotearán sin descanso
Como Tántalos modernos – y sin duda más humildes –
Un racimo de uvas siempre intactas.

En la televisión que sólo verá el sofá
Alternarán visiones de países exóticos o imaginarios
Con las mejores representaciones teatrales o las Películas más
Logradas realizadas
Con el solo afán de lucro de alcanzar la belleza.
Vivirán en la radio y en los discos
Las voces más queridas y los sonidos
De la emoción que nunca desfallece.
Las noches de tempestad el viento golpeará con furia
Las ventanas
Y el mar será una bestia en celo
Pugnando inútilmente por acercarse
Y hacer suya la casa.

Las bolas anti-humedad alejarán el moho
De los muebles.
Los vasos y los platos se llenarán de sed y de silencio
A la espera de ser nuevamente usados.
En los armarios se macerarán
Con el calor de encierro,
Los olores más íntimos y personales
De las ropas que hemos llevado mucho.

Y durante muchos días
Flotará como una niebla de color ocre por la casa
El inconfundible aroma tropical del café.

A partir de hoy regresaré otra vez
A la ítaca de la costumbre, porque no soy Odiseo.
De haberlo sido, nunca
Hubiera regresado a ella,
Pues habría obtenido la inmortalidad
En la crepitante gruta
-florecida de tuyas y cipreses –
De Calipso, la diosa dotada de voz,

O habría sucumbido al canto de las sirenas
Que, entre sus pechos de virgen y plumas de ave,
Me habrían conducido de la delicia hipnótica
A la desmemoria de un montón de huesos relucientes.



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Dikt Si yo hubiera sido odiseo - Pepe Mas