Dikt Textos del popol vuh
Versión castellana
I
Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas, hierbas ni bosques; sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra, sólo estaban el mar en calma y el cielo en toda su extensión.
No había nada junto, que hiciera ruido, ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del cielo, que éste es el nombre de Dios y así es como se llama.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre si y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron de la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán. El segundo es Chipi-Ca-culhá. El tercero es Raxa-Caculhá. Y estos tres el Corazón del Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
-¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe (el espacio), que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ello. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra: -¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo: -¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá!
-Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados por los que primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del agua.
Así fue como se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.
Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles, (víboras), guardianes de los bejucos.
Y dijeron los Progenitores: -¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados los venados y las aves. En seguida les repartieron sus moradas a los venados y a las aves. – Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos. Aquí estarás entre la maleza entre las hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro pies andaréis y os sostendréis. Y así como se dijo, así se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores: – Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis vuestros nidos, allí os multiplicaréis allí os sacudiréis en las ramas de los árboles y de los bejucos. Así les fue dicho a los venados y a los pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales de la tierra.
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los Progenitores: – Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según las variedades de cada uno. Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
-Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Ca-culhá, Raxa-Caculhá, el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos!, les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y graznaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se dijeron entre sí: – No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien, dijeron entre sí los progenitores.
Entonces se les dijo: – Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habitación y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes nos adoren, haremos otros (seres) que sean obedientes. Vosotros, aceptad vuestro destino; vuestras carnes serán trituradas. Así será. Esta será vuestra suerte. Así dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequeños y grandes que hay sobre la faz de la tierra.
Luego quisieron probar suerte nuevamente, quisieron hacer otra tentativa y quisieron probar de nuevo a que los adoraran.
Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos mismos, nada pudieron conseguir y nada pudieron hacer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes y fueron condenados a ser comidos y matados, los animales que existen sobre la faz de la tierra.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre por el Creador, el Formador y los Progenitores.
-¡A probar otra vez! ¡Ya se acercan el amanecer y la aurora; hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados, para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y venerados por ellos. Así, pues, probemos hacer unos seres obedientes, respetuosos, que nos sustenten y alimenten. Así dijeron.
II
He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.
Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y Gucumatz: «Ha llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar y nutrir, los hijos esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie de la tierra.» Así dijeron.
Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que debía entrar en la carne del hombre.
Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los Creadores y Formadores.
De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas.
Éstos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac (el gato de monte), Utiú (el coyote), Quel (una cotorra) y Hoh (el cuervo). Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les enseñaron el camino de Paxil.
Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz (en la formación del hombre) por obra de los Progenitores.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.
Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores Tepeu y Gucumatz, asi llamados.
A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre. Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro hombres que fueron creados.
Éstos son los nombres de los primeros hombres que fueron creados y formados: el primer hombre fue Balam-Quitzé, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.
Éstos son los nombres de nuestras primeras madres y padres.
Se dice que ellos sólo fueron hechos y formados, no tuvieron madre, no tuvieron padre. Solamente se les llamaba varones. No nacieron de mujer, ni fueron engendrados por el Creador y el Formador, por los Progenitores. Sólo por un prodigio, por obra de encantamiento fueron creados y formados por el Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeu y Gucumatz. Y como tenían la apariencia de hombres, hombres fueron; hablaron, conversaron, vieron y oyeron, anduvieron, agarraban las cosas; eran hombres buenos y hermosos y su figura era figura de varón.
Fueron dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendió su vista, alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo. Cuando miraban, al instante veían a su alrededor y contemplaban en torno a ellos la bóveda del cielo y la faz redonda de la tierra.
Las cosas ocultas (por la distancia) las veían todas, sin tener primero que moverse; en seguida veían al mundo y asimismo desde el lugar donde estaban lo veían.
Grande era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los lagos, los mares, las montañas y los valles. En verdad eran hombres admirables Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam.
Entonces les preguntaron el Creador y el Formador: -¿Qué pensáis de vuestro estado? ¿No miráis? ¿No oís? ¿No son buenos vuestro lenguaje y vuestra manera de andar? ¡Mirad, pues! ¡Contemplad el mundo, ved si aparecen las montañas y los valles! ¡Probad, pues, a ver!, les dijeron.
Y en seguida acabaron de ver cuanto había en el mundo.
Luego dieron las gracias al Creador y Formador: -¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! ¡Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca! Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡oh nuestro abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.
Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro puntos de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra.
Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto. No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras, todo lo saben, lo grande y lo pequeño, dijeron. Y así celebraron consejo nuevamente los Progenitores: -¿Qué haremos ahora con ellos?-¡Que su vista sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso no son por su naturaleza simples criaturas y hechuras (nuestras)? ¿Han de ser ellos también dioses? ¿Y si no procrean y se multiplican cuando amanezca, cuando salga el sol? ¿Y si no se propagan? Así dijeron.
-¡Refrenemos un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos! ¿Por ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo?
Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el Formador. Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de sus criaturas.
Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.
Así fue destruida su sabiduría y todos los conocimientos de los cuatro hombres, origen y principio (de la raza quiche).
Así fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra.
Versión quiche
I
C’ä c’ä tz’ininok, c’ä c’ ä chamamok, cätz’inonic, c’ä cäsilanic, c’ä cälolinic, c’ä tolon-na puch upacaj.
Wae’ c’ate’ nabe tzij, nabe uch’an: Majabi’ jun winak, jun chicop, tz’iquin, Cär, tap, che’, abaj, jul, siwan, c im, c’iche’laj; xa u tuquel caj c’ olic. Mawi k’alaj uwächulew, xa u tuquel remanic palo, upacaj ronojel, Majabi’ nac’ila’ cämolobic, cäcotzobic, jun-ta cäsilobic cämalcaban-taj, cäcotzcaban-taj pa caj, x-ma gkoui na’ila’ c’olic yacalic.
Xa remanic ja’, xa lianic palo, xa u tuquel remanic; x-ma c’o-wi nac’ila’ lo c’olic. Xa cächamanic, cätz’ininic chi k’ekum chi akab.
Xa u tuquel ri Tz’akol Bitol, Tepew K’ucumatz, e Alom e C’ajo-lom, c’o pa ja’ saktetoj e c’o-wi, e mukutal pa k’uk’ pa räxon; are u binaam-wi ri’ K’ucumatz. E nimak etamanel, e nimak ajnaoj chiquic’ojeic.
Queje’ c’ut xax c’o-wi ri caj. c’o nai puch U C’ux Caj. are u bi’ ri cabawil chuch’axic.
Ta xpe c’ut u tzij waral, xul cuc’ ri Tepew K’ucumatz, chi k’eku-mal chi ak’abal xch’aw ruc’ r¡ Tepew K’ucumatz. Xech’ a c’ ut ta xenaojinic, ta xebisonic xeriko-quib, xquicuch qui tzij, qui naoj, ta xcalaj, ta xquie’uxlaaj-quib, xewi sak-ta xcalaj puch winak.
Ta xquinaojij u tzuc’ic u winakiric che’ e’aam, u tzuc, uc’ic puch c’aslem winakirem chi k’ekumal chi ak’abal rumal ri U C’ux Caj, Jurakan u bi’. Cakulja’ Jurakan nabe; ucab c’ut Chi’ ipa Cakulja’; rox chic Räxa Cakulja’: chi e c’u oxibri U C ux Caj.
Ta xeul cuc’ ri Tepew K’ucumatz, ta naojixic sak c’aslem ju-pach’a’ Ta chawaxok ta cäquiro puch, apachinak tzucul cool ta chuxok. «Quixiio’jin-taj; are ri ja’ chel-taj, chijama-taj, chiwinakir wa-ulew. u lakel-la c’u-rib, ch’a’-ta c’ut. Ta chawaxok ta sakirok caj ulew. ma-ta c’ut u k’ijilabal, u k’alaibal ri ka tz’ak ka bit, ta winakirok winak tz’ak winak bit», xech’a c’ut. Ta xwinakir c’u ri ulew cumal. Xa qui tzij xc’oje-w¡ u winakiric; chiwinakir ulew. «Ulew» xech’a, libajchi’ xwinakiric.
Queje’ ri xa sutz’, xa may-wi u winakiric, chic’upupujeic ta xtape pa ja’ ri juyub: jusuc’ nimak juyub xuxic. Xa qui nawal, xa qui puz xbanataj-wi u naojixic juyub, tak’aj: jusuc’ rach-winakiric u c’isisil, u pachajil u wäch.
Queje’ c’ut xquicot-wi ri K’ucumatz: «Utz mixatulic, at U C’ux Caj, at Jurakan, at pu Ch’ipi Cakulja’, Xchutzinic ka tz’ak ka bit,» xech’a c’ut.
Nabe c’ut xwinakir ulew, juyub, tak’aj: xch’oboch’ox u be ja’. Xbinijeic c’oleje’ rakan xol tak juyub; xach’obol chic xec’oji-wi ja’ ta xc’utunijeic nimak juyub. Queje’ c’ut u winakiric ulew ri’ ta xwinakiric cumal ri U C’ux Caj, U C’ux Ulew, queuch’axic, ri c’u te’ nabe xquino’jij. Xc’olo-wi ri caj, xc’olo nai puch, ulew chupan ja’. Queje’ c’ut u no’jixic ri’ ta xquino’jij, ta xquibisoj rut-zinic u banatajic cumal.
Ta xquino’jij chic u chicopil juyub, chajal re c’eche’laj ronojel, u winakil juyub; ri quiej, tz’iquin, coj, balam, cumatz, sochoj, c’a’ nti’, chajal c’aam.
Cäch’a ri Alom, C’ajolom: ¿Xa pa chilolinic, ma xa on chitz’ ininic u xe’ che’ c’aam? Cäte’ utz chic’oje chajal-re, xech’a c’ut ta xquino’jij.
Xquitzijoj puch, jusu c’u xwinakir quiej, tz’iquin. Ta xquisipaj c’ut rochoch quiej, tz’iquin. «At quiej, pa beyaa’, pa siwan catwar-wi. Waral catc’oje-wi pa c’im, pa sak’ul; pa c’eche’laj quipok’o-wi-iwib, cajcaj i binibal, i chacabal chuxic,» xeuch’axic.
Ta xquich’ic c’ut cochoch ch’uti tz’iquin nima tz’iquin. «Ix, ix tz’iquin chuwi’ che’ chuwi, c’aam quixochochin-wi, quixjain-wi. Chiri’ quixpok’-wi, quixquiritaj-wi chu k’ab che’ chu k’ab c’ a a m,» xeuch’axic quiej, tz’iquin ta xquibano qui banoj. Ronojel xuc’amo u warabal u yac’alibal.
Queje’ c’ut cochoch-wi chicop ri ulew, xuya’o Alom C’ajolom, xut-zininak chic ronojel ri quiej, tz’iquin.
Ta xeuch’ax chi c’ut ri quiej, tz’iquin rumal Tz’akol, Bitol, Alom. C’ajolom: «Quixch’awok, quixsic’inok; m-ixyonoliquinic; m-ixsic inic quixch’awaje’ taj chijujunal chu jutak ch’obil, chi jutak mo-lajil, xeuch’axic ri quiej, tziquin, coj, balam, cumatz.
«Chibij-na c’ut ri ka bi’, cojik’ajarisaj, oj i chuch, oj i kajaw. Quich’awa-na c’ut: Jurakan, Ch’ipi Cakulja’, Räxa Cakulja’, U C’ux Caj, U C’ux Ulew, Tz’akol, Bitol, Alom, C’ajolom. Chixch’awok, cojisic’ij, cojik’ijila’,» xeuch’axic.
Ma c’u xutzinic xech’awic queje’-ta ri winak. Xa quewach’ elajic, xa quek’aralaj ic, quewojonic, mawi xwächinic u wach qui ch’abal, jalajoj xcok-ibej chiquijujunal.
Ta xquita ri Tz’akol Bitol, mawi mi xutzinic, mi xech’awic, xech’a chic chiquibil-quib: «Mawi mi xutzin u bixic ka bi’. Rumal oj cajtz’ak oj pu cajbit, mawi utz,» xech’a chic chiquibil-quib ri Alom C’ajolom.
Xeuch’ax gkut: «Xa quixjalatajic, rumal mawi mi xutzinic mawi mi xixch’awic. Mi c’u xkajal ka tzij; iwecha’, i c’uxu’n, i warabal, i y jalibal x-iwechwi, mi xeuxic siwan, c’eche’laj. Rumal mawi xutzin ka k’ijiloxic, mawi ix sic’iy-ke, c’a c’o c’owi lo k’ijilonel, nimanel chikaban chic. Xa chic’am i patán. Xa i tiojil cicach’ic, ta chuxok. Are c’ut chipatanij,» xeuch’axic ta xepixabaxic ch’uti chicop c’o chuwächulew.
Ta xraj c’u quitij chic qui k’ij; xraj quitijtobej chic; xraj pu quinuc’ chic k’ijilabal. Xma xquita-wi qui ch’abal chiquibil-quib; xma xnawachir-wi c’ut, xma xbanataj-wi puch. Queje’ c’ut xech’ äcataj-wi, qui tiojil xquipatanij xeti’ic, xecämisaxic ri chicop c’o waral chuwä-chulew.
Queje’ c’ut u tijobexic chic winak tz’ak winak bit cumal Tz’akol, Bitol, Alom, C’ajolom.
«Xa gku tija’ chic, mi xyopij rawaxic u sakiric. Kabana’ tzucul-ke, cool-ke. ¿Jupach’a’ ta cojsic’ixok, ta cojnabax puch chuwächu-lew? Mi xkatijo chirech ri nabe ka tz’ak, ka bit, mawi mi xutzinic ka k’ijiloxic. ka k’alaixic puch cumal. Queje’ c’ut katija’-wi u banic ajnim ajxob tzucul cool» xech’a.
II
Wae’ c’ut tiqueric ta xnaojix winak, ta xtzucux puch ri choc u tiojil winak.
Xech’a c’ut ri Alom C’ajolom. e Tz’akol Bitol, Tepew K’ucu-matz qui bi’; «Mi xyopijic u sakiric, mi xtz’ak utzinic, mi puxk’ aleic tzucul cool, sakil al sakil c’ajol, mi xk’ale winak, u winakil uwächulew», xech’a.
Xmolomanic, xulic xbe qui naoj chi k’ekumal chi ak’abal. Ta xquitzucuj xquipucuj puch xenaojinic xebison puch waral. Queje’ c’ut xelwi aponok qui naoj. Sakil cal al xquiriko, xquicanaisaj puch ri xoc u tiojil winak. Xa xkakin chic mawi cäwächin k’ij, ic’, ch’umil paquiwi’ e Tz’akol Bitol.
Pan Paxil, Pan Cay ala’ ubi’ xpe-wik’ana jal, saki jal; are c’u qui bi’ chicop wa’ c’amol recha’: yac, utiw, c’el joj. E cajib chi chicop xbin u tzijel k’ana jal, saki jal chique. Chila’ quepe-wi Pan Paxil, xc’ul u beel Paxil. Are c’ut Xquiriko ri echa’, are c’ut xoc u tiojil winak tz’ak, winak bit. J’a c’ut u quic’el, u quic’el winak xu-xic. Are xoc cumal Alom C’ajolom ri jäl.
Queje’ c’ut xequicot-wi rumal ri u rikitajic utzilaj juyub nojinak che kus tzalz chi k’ana jal, saki jäl; tzatz nai puch chi pek, chi caco; mawi ajilan tulul, c’awex, k’inom, tapal, ajache’, cab: nojinak qui’laj echa’ chupan ri tinimit. Pan Paxil, Pan Cayala’ u bi’ c’o-wi echa’, u wáchinel ronojel ch’uti echa’, nima echa’, ch’uti ticon, nima ticon. Xc’ut u beel cumal chicop.
Ta xquee’x c’ut ri k’ana jal, saki jäl, belejeb c’u u ca’al xuban Xmukane’; echa’ xoquic; ruc’ ja’ ropenal xwinakir u k’abche’al, u k’anaal winak xuxic, ta xquiban ri Alom C’ajolom, Tepew K’ucu-matz queuch’axic.
Cate, c’ut xquicoj pa tzij u tzuc’ic, u bitic ka nabe chuch kajaw. Xa k’anajäl, saki jal u tiojil, xa echa’ rakan u k’ab winak ri e ka nabe kajaw. E cajib chi winak tzuc, xa echa’ oquinak qui tiojil.
Wae’ qui bi’ nabe winak xetz’akic xebitec. Are nabe winak ri Balam Qui’ Tze’, ucab chi c’ut Balam Ak’ab, rox chi c’ut Majuc’ utaj, ucaj c’ut Ic’i Balam. Are c’u qui bi’ ri ka nabe chuch kajaw.
Xa tz’ak, xa bit queuch’axic, majabi’ qui chuch, majabi’ qui kajaw, xa u tuquel achij chikabij. Mana ixok xealanic, ma nai pu xec’ajolaxic rumal ri Ajtz’ak Ajbit, ri Alom C’ajolom. Xa pus xa nawal qui tz’akic, qui bitic rumal ri Tz’akol Bitol, Alom C’ajolom, Tepew K’ucumatz. Ta xewinakwäc-hin c’ut, e winak xeuxic. Xech’ awic, xetzijon puch, xemucunic, xetaon puch, xebinic, xechapanic. E utzilaj winak a chaom, achij il wäch qui wächibal, c’o cuxlab xuxic. Xemucun nai puch, jusuc’ xopan qui mucubal, xc’isquilo, xc’isquetamaj ronojel xe’ caj. We quemucunic, libajchi’ chiquisol-wächij, chisolmucuj puch u pam caj, u pam ulew. Ma juk’atajil-na chiquilixtaj ronojel, ma quebin-ta-naon nabe, c’äte-ta chiquil ri u xe’ caj, xawi chiri’ e c’owi ta quemucunic taztz quetamabal xuxic. Xic’ow qui wächibal pa che’, pa abaj, pa cho, pa palo, pa juyub, pa tak’aj. Kitzij-wi chi e lok’olaj winak ri Balam Qui’ Tze’, Balam Ak’ab, Majuc’utaj, Ic’i Balam.
Ta xetz’onox c’ut rumal ri Ajtz’ak Ajbit: «¿Juch’alic i c’ojei quina’o? ¿Ma quixmucunic’ maquixtaonic? ¿Ma utz i ch’abal ruc’ i binibal? Quixmucuna-na c’ut, chiwila’ u xe’ caj. ¿Ma k’alaj juyub tak’aj quiwilo? Chitija’-na c’ut», xeuch’-axic. Cäte’ puch xc-isquil ronojel u xe’ caj, c’áte’ c’ut qui c’amowanic ri’ chire Tz’akol Bitol.
«Kitzij-wi camul c’amo, oxmul c’amo, mi xojwinakiric chic, mi pu xojchi’inic, xojwáchinic, cojch’awic, cojtaonic, cojbisonic, coj-silabic. Utz cákan’a’o xketamaj naj, nakaj, mi pu xkilo nim ch’utin upacaj, upaulew. C’amo c’ut chiwe, mi xojwinakiric, oj tz’ak oj bit, mi xojuxic, at katit, at ka mam», xech’a ta xquic’amowaj qui tz’akic, qui bitic.
Xc’isquetamaj ronojel, xquimucuj’ cajtzuc’ cajxucut u pam caj, u pam ulew. Ma c’u utz xquitao ri Ajtz’ak Ajbit. «Mawi utz ri mi xquibij ka tz’ak ka bit, mi xquetamaj ronojel nim ch’utin», quech’a.
Queje’ chi c’ut u c’amic chic qui naoj Alom C’ajolom: «¿Juch’-a’chic chikaban chique, xa-ta nakaj choponwi qui mucubal, xa-ta skakin u wäch uwächulew chiquilo? Mawi utz ri cäquibij. ¿Ma pa’ xa tz’ak xa bit qui bi’? Xa labe’ e cabawil queuxi chic. ¡We mawi quepok’otajic, quequiritajic ta chawaxok ta sakirok! ¡We mawi chic’iyaric ta chuxok!»
«Xa kayojo’ chi skakin chic c’o chi cäraj. Mawi utz cäkana’o, xa pa’ xchijunamataj qui banoj kuc’, ri najt copon-wi quetamabal, quiion ronojel», xeuch’axic rumal U C’ux Caj. Jurakan, Ch’ipi Cakuija’; Raxa Cakulja’; Tepew K’ucumatz; Alom C’ajolom, Xpi-yakok Xmukane’; Tz’akol Bitol, queuch’axic.
Ta xquiban c’ut u c’ojeic chic qui tz’ak, quit bit. Xa c’u xwabax ubak’ quiwäch rumal ri U C’ux Caj; xmoyic, queje’ ri xuxlabix u wách lemo, xmoyomobic ubak’ quiwäch, xa nakaj chic xemucun-wi, xere chi k’alaj ri e c’o-wi. Queje’ c’ut u sachic quetamabal ruc’ ronojel qui naobal e cajib chi winak, u xe’ u ticaribal.