Dikt La noche
«Las noches son olas orgullosas: olas de
oscuro azul y de pesada cresta, cubiertas por
clamores de honda destrucción, gravadas de
cosas improbables, deseadas.»
Borges
I
Pausadamente caes con tu densa pureza
como el aroma de la miel en los ojos del loco
oh noche lenta deseada que has perdido
tu orden sacro en desesperadas burbujas
oh suave oscura como un pájaro muerto
como la ceniza negra de las casa del hombre
tiéndeme todos tus dedos de madre aterrada
-yo el arrodillado en cada calle
pésame el sol el surco rojo que me dejan sus llamas
repartidas en cada poro del aire-
no lo pienses más ámame tensamente
recuérdame ayer recuérdame hoy
adivíname mañana
tú con tus flores palpitantes de lodo
vacío el pétalo de esplendidez
y más frío frío y más frío
encendiendo echando a andar su hielo
su hálito mortal
escapado de una caverna donde todo es reptil
aun la estalactita ríspida
y el arroyo salobre nunca jamás hollado por la luz
II
He aquí que el sobresalto ya no me basta
óyelo bien tú pequeña pálida cuídate de ello
lívida suspirando bajo mi carne
mordiendo la última tira de aire
yo con tus uñas a cuestas
Ya no me basta ya quedó el sobresalto
vertiginosamente atrás inútil
como hiedra que no importa a nadie
prendida a esas rocas
que en unos días más tragará el mar
Ríete perra envenenada
vístete en otros cuartos lentos
deseados como la noche o lo que consta al corazón
cuélgate a un nuevo cadáver
a un nuevo atril miedoso
déjame hasta la cólera se pudre
déjame inaugurar mi dulce asco
déjame limpiar a solas
tu larga huella de sangre
III
El día no es capaz por sí desnudo
no es suficientemente amplio
oh gran cobarde que anatema sea
ante los que en él nos zambullimos buscando
espuma tibia y paz
He tocado hoy ayer desde hace un año
desde hace un siglo escaso todas las puertas
Si
la llama está bien la luz deslumbradora
está bien bien enérgicamente no no hay duda bien
con sus heridas tengo
para ir viviendo al lado de los parias
¿pero qué más?
Llega la noche y lo destruye todo
viscoso mar arrasador
nada perdona el implacable
El día el día sí
-alguien nos salvará de olvidar sus campanas-
pero el día no da para una risa pobre
el pobre
Viene la noche y lo destruye todo
Viene la noche – se lo juro a mis ojos-
y lo destruye todo