Dikt La ropa
Mis vestiduras vienen de una noche con sol.
Sólo ante ellas me desnudo sin amar,
sólo para ellas mi carne permanece tranquila,
sólo con ellas estoy cierto
de ser concreto y uno,
corteza amante y buena
del corazón que antes estuvo
solitario de sangre.
Por ello
es de considerarse más granque que un desnudo dios griego:
como una serpiente a la que hubiese matado
con mis manos
o como el brazo blanco de una mujer
que se me da sin hablar,
una corbata comunica mi garganta y mi pecho
como un camino puro
hacia lo que en mi adentro
genera lo que digo y lo que tengo que callar.
Y la camisa cual telón
de fondo para la guitarra,
y los zapatos nuevos
de ácido olor a hembra,
los pantalones de tres años que en el polvo y la nieve
que en el sucio mercado multicolor y los severos clubs,
me dieron la razón contra la dulce
piel
que por las calles los hombres aseguran odiar.
Comprendo por todo ello mi singular ventaja,
me afano con un Handicap
de superpuesta tela.
Vamos a amarla, corazón.
La ropa es penetrable
como una esposa joven
o un castillo de piedra.