Dikt Ahora que trajina a sus anchas
y por toda la casa se siente con fatiga
Su presencia que pone
De más a menos la vida cotidiana, uno tiende
A preguntarse:
¿cómo llegó hasta aquí el dolor?,
¿siguiendo qué indicios halló el desvío
Más ligero, la ruta de llegar?
Que recuerde, nadie ahora último
Hizo mención a su existencia para suponer
Que nos oyese, y dándotese por aludido
Se instalara aquí, mal venido como es, a buscar asilo,
Refugio seguro en esta casa.
Uno se pregunta aquello viéndolo llegar
De modo repentino
Y como conducido de la mano por un ser avieso,
Que señalando nuestra casa
Con el índice, le hubiese dicho: allí es.
Y aún siendo de raíz humana el dolor,
Uno no puede dejar de interrogarse
Al verlo llegar de mal talante
Y portando sus maletas, con la intención oscura
De hacernos una larga compañía.
De las muchas casas que hay
En las inmediaciones, ha elegido a esta sola.
Pequeña y hecha así con el fin
De que viviesen juntas dos o tres personas,
A lo sumo, para no alejarse mucho
Entre ellas y llamarse
Cuando la otra comience a hacerle falta.
Una casa con espacio para vivir
Estrechamente unidos por el alma, tratándonos
De tú a vos, con diminutivos,
Para que la alegría nos gobierne a su arbitrio.
Mas de pronto llega con su humanidad obesa
El dolor y lo que antes era holgado
Para tres, ahora resulta muy estrecho.
Escaso el aire, angosto el ancho camino del vivir.
(de Último tramo)