Dikt En su ventanal
Ahí la vimos. Sentada en el alféizar,
Con el tqalle naciendo a mujer
Y el aire taciturno,
Al pie del claroscuro español de un ocaso sabatino.
Fue una mirada fugaz, pero el sol de abril
Destellando en el espejo de su imagen
Nos cegó el sosiego
Y el largo camino del vivir
Se convirtió en una calleja solitaria
Con una niña cautiva
Que desataba la noche y la zozobra.
Como ir ascendiendo por una montaña escarpada
Fue despertar su oído, ponerle una jaula
A la paloma alborotada de su temor.
Detrás de los barrotes
De aquella ventana excesiva, tenía el nombre
Medieval, la respuesta lenta
Y en brasas el carbón de sus ojos de andaluza.
¿Quién echaba leño tras leño, en lo hondo,
Para darle juego a su mirada?
Era un puñal esa pregunta.
Pegados a las rejas barrocas de su duda,
Dos mozos lidiando una guerra blanca
Por conquistar su viña
Y beber dueños el vino de lágrima
Que el primer amor destilara
Por sus labios. Pero las viñas estaban en agraz,
Despótica era su álgebra
Del lunes y el retrato severo de su padre,
En el fondo de la habitación,
No dejaba de velar con celo la penumbra.
Solo cuando los años pasaron al galope
Supimos que aquella muchacha
Había llegado por magia a nuestras vidas
Para que doliese abril,
Y frente a un vaso espumante de saudades,
Dos artesanos de su nombre
Se encontraran otra vez rondando sin consuelo
La calle de sus ojos
Y le dieran así un verbo fresco a los años viejos
Para que retoñen
Como un lozano arrayán en la nostalgia.
(de De claro a oscuro)