Dikt A diego
I
Guardo silencio y el silencio puede
Asirse a mi dolor como una brasa.
Estás presente, amor, por eso pasa
La angustia sin tocarme. Todo cede
Su lugar a esta pena donde anida
La única verdad, el gesto cierto.
Y me niego a aceptar tu despedida
Porque si estás en mi, tú no estás muerto.
Bajo la noche el corazón habita
En un tiempo que quiso, de algún modo,
Hacer de la inocencia su baluarte.
Acudo nuevamente a aquella cita
En que unimos la sed, el alma y todo.
Y me sobra dolor para encontrarte.
II
Y me sobra dolor para encontrate,
Esposo, amante, amigo, compañero,
Como la madrugada en el lucero
Así vas por mi piel a cualquier parte.
Te escondo en la parábola escogida
Allí donde la duda se hace asombro,
Y me llega tu voz cuando te nombro
En una contraseña compartida.
Seguiré por el terco desvarío
Que insiste en prodigar su buena suerte
Para salvar un sueño de la nada.
Y seguirás latiendo por ser mío,
Más allá de la trampa de la muerte,
Más allá de la ausencia enamorada.