Poesía española

Poemas en español


Dikt El quemadero de la tablada 1481

Crepitan los leños ya encendidos en la hoguera.

Candiles lúcidos atolondran la turbación del crepúsculo.

Los condenados aún están en sus celdas abrumados

Por los minutos que restan para que suenen los timbales

De la muerte.

Es Cuaresma, y la tarde huele a humo y primavera.

La gente corre de una punta a otra de la plaza del Castillo de Triana.

Y la hoguera está iluminada en el quemadero de la Tablada.

Diego de Susán no abjura de su fe mosaica,

Ni intenta emprender la diáspora como sus abuelos

Tampoco lo hacen Manuel Sauli y Bartolomé de Torralba

Los otros sefaradíes sentenciados al fuego.

Viene del Guadalquivir una racha ahogada de viento fresco

Y las moscellas escapan de la lumbre como si alguien

Aventara los maderos chamuscados.

¿Cuál es la herejía y por qué el proceso de estos varones?

El crematorio está engalanado con cuatro grandes estatuas

De profetas de escayola vana.

Los frailes dominicos Miguel de Morillo y Juan de San Martín, están

Ufanos con los sermo generalis

Desde el campanario ya se ve fosforecido el lucero germinal

De la anochecida.

Este 6 de febrero es un día nefasto en la Sevilla cristiana y en el

Reino de Castilla.

Sólo las cigarras purifican el aire con sus murmullos continuos

Porque saben que dentro de un instante se les acabará la vida.

Crujen los últimos fragmentos y se esparce la ceniza confundida

Con el humo de la pira.

Candilejas transparentes aturden ahora el bochorno de la noche

A orillas del Guadalquivir.



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Dikt El quemadero de la tablada 1481 - Sergio Badilla Castillo