Copia divina, en quien veo desvanecido al pincel, de ver que ha llegado él donde no pudo el deseo; alto, […]

Divina Lysis mía: perdona si me atrevo a llamarte así, cuando aun de ser tuya el nombre no merezco. A […]

Hombres necios que acusáis a la mujer, sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis; […]

Mis quejas pretendo dar en estilo tosco y llano, que el hablar muy cortesano no es término de cobrar. Y […]

EN QUE SATISFACE UN RECELO CON LA RETÓRICA DEL LLANTO Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu […]

Rosa divina que en gentil cultura eres con tu fragante sutileza magisterio purpúreo en la belleza, enseñanza nevada a la […]

Bello compuesto en Laura dividido, alma inmortal, espíritu glorioso, ¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso? ¿Y para qué tal alma […]

Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno el que estés de esta suerte en mi sentido: que infama el hierro […]

Feliciano me adora y le aborrezco; Lisardo me aborrece y yo le adoro; por quien no me apetece ingrato, lloro, […]

¿Qué es esto, Alcino, cómo tu cordura se deja vencer así de un mal celoso, haciendo con extremos de furioso […]

Cantar, Feliciana, intento tu belleza celebrada; y pues ha de ser cantada, tú serás el instrumento. De tu cabeza adornada, […]

Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba, y por ver si la muerte […]

A tus manos me traslada la que mi original es, que aunque copiada la ves, no la verás retratada: en […]

Verde embeleso de la vida humana, loca esperanza, frenesí dorado, sueño de los despiertos intrincado, como de sueños, de tesoros […]

Este amoroso tormento que en mi corazón se ve, sé que lo siento y no sé la causa porque lo […]

Introducción El retrato del Niño mírenlo Uscedes, y verán cosas grandes en copia breve. De oro y plata en listones, […]

Silvio, tu opinión va errada; que en lo común, si se apura, no admiten por hermosura hermosura enamorada. Pues si […]

Introducción El Alcalde de Belén en la Noche Buena, viendo que se puso el azul raso como un negro terciopelo, […]

De la beldad de Laura enamorados los cielos, la robaron a su altura, porque no era decente a su luz […]

I ¿Ves, caminante? En esta triste pira la potencia de Jove está postrada; aquí Marte rindió la fuerte espada aquí […]