Dikt Mediodía hacia agrigento
No te pondrás dos veces a cobijo en el amparo
De la sombra del mismo templo en ruinas:
Todo es nuevo y por doquiera de cuanto enciende un sol
Venido al cenit
Como a la curvatura del arco la piedra angular viene a
Alojarse, durable y suspendida.
El Mediodía sabe sumar el tiempo a su manera;
Siembra el presagio en la promesa del augurio,
Premoniciones se agregan al pulso de la inminencia
Y en el hilo de voz que se desteje del herbazal sumiso
Ya se consuma una pesadumbre de palabra irrevocable.
Tu mirada deambula en las colinas como un acopio
De fijeza taciturna
Y devuelve a su fuero la intimidad de todo cuanto adquiere
Investidura de realidad flagrante:
Real es sólo aquello que se prueba en su poder
De retorno hacia nosotros,
Resurgencia y reencarnación de lo uno
En la mixtura de lo múltiple.
Un ensalmo a deshoras, tu palabra se entrega
Al arrebato de olivos sarracenos, al laurel de hojas
Vedadas, tenacidad de
Salvia y menta furtivas en su antiguo esparcimiento
Entre la ordenanza guerrera del viñedo en alerta.
Nada que sepamos desoír en la invitación del alto umbral
De unas columnas en pie:
Un horizonte irredento aguarda sin llamado en el rellano
De los valles.