Dikt Guazapa
Región de acantilados azarosos
Y tormentas eternas:
Tierra poblada de huesos.
Dormís sobre una alfombra de jaraguá
A la orilla de un cerro de piedra
Y algunas veces, una mina es tu almohada.
En lo profundo del bosque nace el viento
En los arroyos crecen peces luminosos
Y macilentas anguilas.
De el subsuelo brotan hongos gigantes
En forma de puños.
La noche vigila tu sueño con su ojo amarillo
Y despertás a las cinco de la madrugada
Rodeado de plenilunios.
Comés con disciplina tu ración
De frijoles y arroz,
Compartís la sal y la ternura,
El tabaco y el café.
A veces, la soledad se posa en tu hombro
Y tu única compañera es un arma
Tantas veces aceitada con delicadeza de pétalo
Y la abrazas en la penumbra
Deslizando tus manos por su piel de acero.
Así transcurre el tiempo
Entre relámpagos fugaces
Y distancias que duelen
Y ganás la locura
Entonces, y sólo entonces
Podés encaminar tu nube a otro territorio
Derramar ahí tus manantiales
Y hacer germinar otras rocas
Y hacer florecer otros corazones.