Dikt Citrus
El sábado a las tres,
En el supermercado.
Aún sigues pensando en el capítulo
Sobre el comienzo del universo.
No puedes imaginar la situación
Antes de la gran explosión,
Cuando los cuerpos en formación que se enfriaban
Fueron lanzados al espacio y al tiempo.
¿Cómo pensar el antes cuando el antes no existe?
¿Cómo dar un paso más allá con palabras
Como allí y en aquel momento? Una imagen que no es visible.
El sábado a la tarde, a las tres.
Entre los estantes con alimentos para animales
Y botellas de aguardiente
La fragilidad de los cuerpos te da alcance,
Pocas veces la de los astrales,
Por lo común y ante todo la de los ctónicos.
El sábado a las tres,
Y sólo algún metro más allá.
En un charco de sangre yace un desconocido.
Las cajeras que intentan sostenerlo
De sus brazos temblorosos
Le han puesto debajo de la cabeza una bolsa de judías.
La herida le ha partido la cara.
Una sustancia roja y viscosa moja despacio tu zapato.
Retrocedes. Una huella que no comprendes.
En el supermercado.
El sábado a las tres.
La bolsa con un kilo de luz se vuelca
Y los limones se dispersan en el carrito de la compra.
Las delgadas cáscaras del orden
Se detienen rápido en la fría rejilla del sinsentido.
Un hecho que evoca pero no explica.
A las tres. El sábado.
Llueve en el aparcamiento.
Estamos en enero; muy cálido para esta época.
En la televisión quisieran
Que hubiese más frío.
Sería mejor para el turismo de invierno.
Sería mejor para la producción del campo.
Sería mejor para impedir las enfermedades virósicas.
El sábado a las tres.