Dikt Saqueos
Entre las piedras de las casas y las calles están los rostros
De los torturados que lanzan señales de saludo.
Las poblaciones sometidas son tantas, demasiadas
Por eso las privan del don de las comas y los puntos
Pero ellas no aceptan quedarse eternamente con la cabeza
Baja: arrancan la carne con los dientes
Chupan el agua que se desprende del hielo y de los techos.
Me he pasado los años de la juventud registrando
Las libertades barateadas los rumores los sonidos de la hierba y de las bestias
He saqueado el aire, la tierra, la música, y por fin la, muerte.
El hombre de la mirada astuta busca el control automático
De las emociones mientras otros enmudecen o espían pero yo escucho
La voz de los niños que no jugan y te observan
En la aldea transformada en un desierto sin petróleo ni arena.
Desde siempre se cometen crímenes para conmover a un dios
Pero ese día el dios tenía los ojos metidos dentro de un saco
Y las oraciones de reserva se habían terminado hacía rato.
Tal vez no es éste el camino justo
Me lo dices mientras me miras con ojos perversos
Pero yo no puedo contestarte más que admirando
El cuerpo desgarrado de la Ciudad Eterna
Los dibujos de las nubes que tienen la respiración corta
Como en un viaje postergado durante demasiado tiempo.
Entre las piedras de las casas y las calles están
Los rostros de los torturados que te dirigen miradas de terror
Y gritos deshumanos a causa de las torturas
y lo mordiscos de los perros perfectamente adiestrados.
Sólo la palabra insiste en lo podrido
Mientras lo demás se queda igual
Aunque sea separado, dejado de lado, maltratado
Y entonces cómo esperar la atención de los que cuentan.
Tajo las paredes, los techos, las cortinas, los cuadros, los colores
De modo que luégo la miráda se nos apaga encima y por un rato
Queda suspendido el control automático del mal y del bien.