Dikt Mundo in contrario sensu
Bulle el mundo y sus fuentes artificiosas.
La noche es una serpiente ataviada de sortilegios y yo, historiador de lo amargo,
Termino con convicción la tercer cerveza. ¿Os enfado, estimados mutantes,
Con mi vos de guitarra eléctrica llorando?. Más que el canto, el salto al vacío.
Más que la palabra, el hígado imperdonable. Os entiendo, respetables abanderados de la risa eterna,
Os comprendo: tan sólo somos ceniza del crucigrama, y buscadores de mentiras nacemos.
Pero no puedo más, no puedo más que ladrar a las sombras que el día arroja,
Lamer la estela de sangre que derramo y permanecer barato entre el polvo de la casa congelada.
Pero a veces el tiempo se cae de su imposible trono y todo vuelve a la espantosa normalidad.
Ha vuelto – después de una larga estación – mi estimado colega el Cortazariano Teodoro W.
Adorno a lanzar su azul mirada sobre mi podredumbre, y yo, boxeador de sombras, busco entre la nada y,
Como la última oportunidad del abandono –
Encuentro y abro el atún que por azar vive único en la refrigeradora.
Ha vuelto también – después de un período de costumbres y orgasmos ajenos –
La Beatriz de mi eviterno círculo, ha vuelto a soñar sobre mis piernas mientras manejo por entre la ciudad,
Ha vuelto a resplandecer como manzana en el plato de la recámara, y yo, perseguidor de la soledad,
Ceno su salado vientre besado por el mar. ¡Ah cómo os entiendo,
Agitadores de la esperanza frente al móvil del tiempo, gendarmes de la vida contra la tristeza del hombre,
Os entiendo!. Vuestras armas son el amor, la esperanza. Pero, ¡cuán desarmados encontradnos!.
Sé preferís conocer al mundo antes que devorártelo,
Sé que os gusta chupar la sangre del prójimo antes que tapar su herida. ¿Que poseo una vida triste?.
Pues tengo una vida triste, y me alegro por ello.
Mas no me pidáis que comparta mi pan con quien créese el señor de las harinas,
No me pidáis – mis queridos gendarmes – que beba el vino de la gloria con los dioses corruptos de éste olimpo.
Os prefiero pobres, mendigos, invisibles, marginados, locos, antes que vendidos al mejor postor.
Bulle el mundo y sus fuentes artificiosas.
El día es un fuego pirotécnico que se quema mientras Bob Marley no llora si no hay Beatriz.
Os entiendo mas no os acompaño:
Quedo rascando torpemente la guitarra azul que llora porque así lo requiere la iglesia de la noche.
Ya pesar que regresen nueve vidas y un Infierno, yo, espejo en el baile de máscaras,
Me voy a la orilla de un mar generoso. El mar se acerca a mis pies, yo lo tomo como una mascota,
Y lo llevo a pasear por el mundo.