Dikt Poema de la ciudad
Todo se vuelve intacto
En el crisol de ayer.
Viejos tiempos,
Viejas lámparas.
Nuevos espacios,
Nuevas horas.
Las grandes letras
Que anuncian nuestro encuentro.
El tren que celebra su partida.
Tú, y tu ingreso a mundos indecentes.
Luego el tiempo que a todos nos sitúa.
Y es que eres tú, y no otro,
En la ciudad caótica
Que jamás encontró su huída.
El tiempo que tú ni adviertes.
Sigue danzando feliz, al calor, a la dicha.
Sin embargo, sabes, el tiempo nada ama.
Ni siquiera a ti – que eres – lo más total
Y auténtico de este moribundo año.
Ni a ti,
Único arlequín,
Convocador de la alegría.
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