Poesía española

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Dikt Amor, ¿divino tesoro?

Todo el mundo busca el Amor, quien diga que no lo necesita, miente.
Pero lo que yo me pregunto es: ¿por qué deseamos tanto algo que sólo te lleva al sufrimiento?

Sí, ya sé que el Amor cuando se consigue es muy bonito, compartir cosas con otra persona,
Alguien en quien apoyarte en los momentos malos y con quien disfrutar los buenos.
El Amor es una explosión de sentimientos, es regocijo al encontrarse las miradas,
Es un palpitar intenso del corazón al rozarse las manos levemente, es elevarte al paraíso con un beso.

Un Beso: miles de nervios anhelantes, expectantes. Unos labios temblorosos, a veces desgarrantes,
Impacientes ante el miedo a perderlos, a que sea el último;
A veces lánguidos y pausados como queriendo prolongar el tiempo o intentando en la tibieza,
Que no termine ese instante, que pare el mundo en tan mágico momento.

Sí, ¡todo maravilloso!, pero para este juego han de ser dos, y,
¿qué pasa cuando el otro juega sólo cuando sabe que la suerte lo acompaña?,
¿qué pasa cuando siempre queda el mismo perdedor?;
¿tiene el vencido que arriesgarse a otra mano o rompe las reglas para ya no jugar más?
El incauto enamorado, se resiste a perder la Esperanza,
Sigue insistiendo creyendo que al final logrará su propósito:
Que el otro caiga rendido a sus pies.

– ¡Imbécil!, ¡Iluso!

Demasiadas comedias románticas, ¡deberían estar prohibidas!.
Al final siempre son felices y comen perdices.
Pero ahí está la cuestión, si el Amor fantástico, de película, del que todos queremos ser parte,
Existiera, los guionistas no malgastarían su ingenio en tratar este tema,
Ya que al ser algo cotidiano carecería de interés.

En la vida real, el enamorado rara vez consigue su objetivo,
Sino que termina desistiendo de su empeño,
Defraudado y decepcionado por no haber podido hacer copartícipe a su amado de ese vínculo amoroso.
Frustrado por no ser correspondido, teniendo que ahogar su pena, su dolor,
Ocultando que Lo Quiere, fingiendo Amistad retorciéndose el corazón en su pecho, llorando a escondidas…
Sin hombro que consuele ya que nadie comprende porqué sigue insistiendo si ese amor es imposible.
Pero cómo apagas tú ese calor que se desprende de la más leve caricia,
Cómo ocultas el rubor de tu rostro cuando le miras, cómo frenas el deseo corriendo por tu sangre desbocado,
¿Cómo?

El que tenga la respuesta por favor que me la diga, pues yo intento olvidarle pero no lo consigo.
Intento no tocarle, pero mis manos traicioneras buscan su cuerpo. Intento no mirarle,
Pero mis ojos brillantes no quieren de él apartarse.

Intento olvidarle, sí, pero intentándolo lo único que consigo es recordar sus besos,
Robados por mi boca y en mi Alma prisioneros. Y cada noche le pido a Dios que me Ames,
Y amanece el día, tal como ayer, yo sola y deseándote, y, tú solo y evitándome.

Juras y perjuras que no me quieres, entonces por qué no rompes el tablero y acabamos la partida.

¿Por qué no dejas que mi amor se consuma, si capaz no eres de avivarlo con tu llama?

Apaga el fuego, pero, ¡ por Dios! no dejes cenizas que a prender vuelvan.



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Dikt Amor, ¿divino tesoro? - Ana Rodríguez