Dikt El hombre debe ser como el árbol, l
El rey de la arboleda de amplia estampa
Es el roble de dura consistencia,
Del huracán a endebles desatrampa
Para librar ileso su existencia.
Con su ancha copa de una sombra enorme
Antiguamente cobijó asambleas,
Y Dios un símbolo ordenó que forme
De paz y libertad en las aldeas.
Por siglos fue señal de la materia
Alimentando el fuego confortable
Que alumbró y dio calor en la miseria
De tenebrosa cueva inhabitable.
Su fruto, la bellota, es tan sabrosa
Que el hombre se deleita al degustarla.
Su madera hecha muebles es famosa
Porque es por muchos años disfrutarla.
Su corteza y su flor son curativas
En la fitoterapia milenaria;
Su figura y belleza son festivas
En su pizca frutal ya legendaria.
Igual que al roble a todo ser humano
Dotó el Creador de muchas aptitudes,
Para que con pasión de buen hermano
Rinda frutos de amor a multitudes.
El egoísmo que en el hombre habita
Es el arma mortal con que amenaza
Su propio corazón que necesita
Volver amor el fuego que lo abrasa.
ANTONIO MUNGUIA
MEMORIA:
Domingo 26 de febrero de 1967 en los verdes campos de Jécori, Sonora. Una tarde en contemplación de sus robles tan visitados principalmente al recoger la bellota bajo su sombra.