Dikt Los rebeldes de dios
Es triste constatar sin fanatismo
Que en el fastuoso azul del universo,
Las criaturas de temple más perverso
Son las creadas a imagen de Dios mismo.
El hombre recibió la inteligencia
Como toque final y santo ungüento,
Que lo distingue con sagrado aliento
De otros seres ayunos de conciencia.
La soberana idea del Eterno
Es que luche el humano por ceñirse
áurea corona, que del mundo al irse
Las sienes orle de su ser interno.
Mas la actitud ególatra y mundana
Obliga al ser mortal a reencarnarse,
Con la misma frecuencia al rebelarse
Obrando en contra a la hermandad humana,
Ostentar debe el hombre un genio amable
De amorosa actitud con otros seres
Que junto a él comparten los placeres
En el magno universo incomparable,
Un alter ego del Creador amante
Que sirva de peldaño al que ha caído,
Aunque ingrato éste pise y deje herido
Su decoro en desdén muy humillante.
Por cada trago amargo que gustamos
Al actuar como Dios nos lo sugiere
Reducimos las vidas que requiere
La victoria final a que aspiramos.
El hombre es un espíritu encarnado
Cuyo destino está en el infinito;
Dejando en este mundo su marchito
Vestido corporal tan maculado;
Hasta lograr ese final divino
No ha de dejar la lucha ni un instante,
Aunque impuesta razón humana avante
Muestre a la muerte como su destino.
Lo importante es el alma siempre viva
De nuestro espíritu inmortal que vuelve
A la fuente divina que resuelve
Librarla del penal que la cautiva.